Una vez terminada la milonga y las fiestas que nos trae amablemente la época navideña, es momento de regresar a la cruda realidad.
A lo largo del año pasado, durante este espacio, comenté varias veces las ocurrencias a las que nos estaba sometiendo la administración actual, al ser el primer año del gobierno, se podría asumir que el morador de Palacio Nacional y sus floreros, perdón, colaboradores, se encontraban en la curva de aprendizaje, lógica de cualquiera que inicia un nuevo encargo, sin embargo, este 2020 ya no puede ni debe ser visto como parte de ese proceso.
Iniciamos el año con varias noticias importantes, por un lado la exoneración de Manuel Bartlett, quien luego de ostentar por décadas la medalla a la corrupción en el país, ahora resulta que es un prócer de la democracia y uno de los mexicanos más honestos que esta patria ha visto nacer; por otro lado aquel símbolo de lo peor de los gobiernos anteriores el famoso TP-01 regresa como el hijo pródigo porque no ha logrado ser vendido, nada nuevo considerando que el gobierno no puede vender algo que no le pertenece, pero ellos no lo entienden; también nos despertamos durante estos primeros días del año, con la noticia de una balacera provocada por un menor de edad y que costó la vida de dos de sus compañeros y una maestra, motivado según algunos ineptos por videojuegos.
Como puede ver ha sido un inicio interesante de analizar, pero a mi parecer además de lo ya mencionado hay otras cosas que son dignas de llamar la atención, permítame contarle. Por una lado tenemos el nacimiento del INSABI, cuya consecuencia inicial es la muerte del llamado Seguro Popular, esta situación es en realidad poco interesante, vamos es parte del quehacer diario de un gobierno, quitar programas y crear nuevos, sin embargo, lo que hay alrededor de esta situación es por demás grave, hoy en día una gran parte de la población que recibía apoyos del anterior programa, están en completamente desprotegidos, el serio problema de desabasto de medicamentos y ahora de atención médica debe ser reprochable e inaceptable por todos, no se debe lucrar con el dolor de las personas y es justamente lo que este gobierno esta haciendo, el Presidente ha dicho que, a partir del 1º de diciembre de este año la cobertura de salud en el país será completa y gratuita, mi pregunta es, ¿qué deben hacer aquellos que no tienen recursos para sobrevivir hasta ese momento?, ¿qué deben hacer los padres de familia con sus pequeños cuya enfermedad requiere de medicamentos especializados como es el caso del cáncer?, ¿Qué pasará con aquellas personas que padecen de VIH?, de acuerdo con el gobierno, esperar y aguantar, ¿cómo quieren resultados si apenas lleva operando 15 días?
Otro tema que debe llamar la atención es cómo van los dineros en el país, algunos analistas dan a conocer con optimismo que este año será de crecimiento, jamás cercano a lo prometido pero habrá crecimiento, porque es el año del inicio de las grandes obras de esta administración, obras faraónicas que como he dicho en otras ocasiones, son simples ocurrencias que mas allá de impulsar al país, nos harán caer en un poso sin salida, si bien nos va, la cifra oficial de crecimiento económico del país estará en el 0%, de lo contrario es probable que tengamos una tasa negativa que seguramente a AMLO no le interesará porque sigue aferrado a la idea de que eso no es importante, que lo importante es el desarrollo, pues bien, déjeme aclarar algo, no puede haber desarrollo, si no hay crecimiento y mucho menos si además de no crecer, retrocedemos algo que es más que claro y por supuesto que el titular de Hacienda sabe, pero tiene miedo de decirle a su jefe.
Estamos ya en tiempo apretados, continuar con las ocurrencias, simplemente nos condena al abismo, si en un arranque de lucidez el morador de Palacio decide cambiar el rumbo debe ser aplaudido, pero debemos entender que eso a estas alturas solo nos permitirá sobrevivir, si ese lapsus no llega, me temo que a mediados de este 2020 lo único que vamos a padecer es lo que he venido diciendo desde hace mucho, no habrá recursos suficientes para sostener esas promesas banales y entonces aquellos clientelismos que AMLO ha estado procurando, verán que el sueño se ha terminado y no solo eso, tristemente también el poco bienestar que habrían conseguido desaparecerá y eso mi estimado lector, solo puede generar malestar social, algo que en este país cada día crece y de no ser atendido correctamente, no puede tener un buen final.
No me gusta ser fatalista, pero tampoco me gusta tapar el sol con un dedo, es mejor entender donde estamos parados para que el día de mañana podamos reaccionar y exigirle al gobierno que tome responsabilidad de sus actos, entendamos que la cruda realidad siempre es mejor, que el sueño de la utopía mesiánica de MORENA, AMLO y sus floreros.
