Por Eduardo López Chávez
Apenas la semana pasada, el máximo órgano colegiado del Banco Central de nuestro país, es decir, su Junta de Gobierno, dio a conocer los posibles escenarios a los que se enfrentará la economía mexicana producto de la pandemia que estamos viviendo. Dentro de la minuta se detalló, que la crisis económica global no tiene precedentes en las últimas décadas, es decir, no es un juego, no es una mala percepción y en este caso, los datos de ya saben quién, no sirven para nada.
El Banco de México es una de las grandes instituciones autónomas de nuestro país y por cierto, la única que hasta la fecha goza de gran credibilidad y respeto, no solo en territorio azteca, sino también fuera de él, es decir, lo que la institución diga o aporte, tiene repercusiones aún cuando el hijo predilecto de Macuspana no lo quiera aceptar; en este sentido la autoridad monetaria mexicana detalló 3 escenarios, pero vamos por partes, como dirían en la buenos aires.
El primer escenario es el denominado “Tipo V”, en el cuál se pronostica que en el 2020, el PIB caerá 4.6% y en 2021 tendremos un crecimiento del 4.0%; el segundo escenario es el llamado “Tipo V profunda”, donde el PIB del 2020 caerá en 8.8% mientras que para el 2021 tendremos un crecimiento del 4.1%, hasta este punto usted podría pensar, bueno si habrá caídas pero, en el 2021 vamos a crecer y ¡a las tasas que el morador de palacio prometió!, por fin veremos el tan anhelado 4.0% y no las ridículas pequeñeces neoliberales de 2.0%, pero, deténgase en este punto y vuelva a leer las cifras bajo este pequeño detalle, el PIB mide la cantidad de bienes y servicios que se producen dentro de un país y esas tasas de crecimiento o caída, son con relación al periodo inmediato anterior, esto es, 2020 en comparación con 2019 y 2021 en comparación con 2020.
Una vez considerado el detalle anterior, estos dos primeros escenarios que nos dio BANXICO significan que, la economía en 2020 se va a hacer mas pequeña en comparación al año anterior y esto provocará que el crecimiento que algunos AMLOVERS enaltecerán, nos coloque aún en terreno de pérdida, es decir, la economía mexicana no estará ni siquiera en un nivel igual al momento anterior a la pandemia.
El último escenario es el denominado “Tipo U profunda”, que espera una caída del 8.3% en 2020 y una caída del 0.5% para el 2021, esto es, no solo no vamos a crecer, sino que seguiremos perdiendo, este escenario es el más pesimista pero no por eso, el más lejano de la realidad si consideramos que, para el morador de palacio lo importante es que el pueblo esté feliz, feliz, feliz; pero, a estos maquiavélicos datos neoliberales, hay que agregarle la estimación de pérdidas de empleos que también están en el documento del BANXICO, para el 2020 estiman que perderemos entre 800 mil y 1.4 millones, mientras que para el 2021, se pueden llegar a perder 200 mil y en el mejor de los casos crear 400 mil, este dato es relevante para que termine de armar su opinión, dado que la lógica más básica dicta que, las personas que pierden su empleo, tienden a disminuir su consumo en cosas banales y lo enfocan en acciones necesarias, mientras consiguen nuevamente un empleo, sin embargo, sin la creación de empleos y por el contrario se siguen perdiendo, las personas enfrentarán la problemática que ya en este momento, el propio gobierno enfrenta, no hay y no habrá dinero suficiente para cubrir las ocurrencias y promesas hechas, lo cual lleva a un desenlace nada agradable para cierto tabasqueño, las personas no estarán felices, felices, felices, sino todo lo contrario.
Y aún a pesar de que en el programa cómico, mágico y musical que se transmite desde Palacio Nacional todas las mañanas, se trata de menospreciar toda esta información, la razón de existir y respirar de los AMLOVERS, sabe perfectamente que en esta ocasión como ya lo dije en un principio, sus datos no sirven de mucho y es la razón del porque (como diría la sabiduría popular), se le queman las habas por salir de gira a tener sus eventos de plazuela, porque ya estuvo bueno de no ser el centro de atención, ya estuvo bueno de que un insignificante virus le robe cámara, el necesita la adulación y la plaza, el necesita estar cerca de aquellos que le garanticen votos, necesita urgentemente desacreditar a todos aquellos que piensen distinto; eso de estar en una oficina, usar las neuronas, tomar decisiones, vamos, eso de gobernar, no es lo suyo.
En su mundo de caramelo, íbamos tan bien antes de la pandemia, que no es justo acusar a su gobierno de lo contrario; aun cuando la realidad lo golpeara entre ceja, oreja y madre, el no cambiará de parecer y cuando las cosas ya no tengan arreglo, le apuesto lo que quiera a que el culpable será nuevamente ese fantasma de sexenios anteriores que lo persigue por los rincones de palacio, el maldito neoliberalismo, en verdad espero equivocarme y que de alguna forma, la crisis, haga salir al verdadero jefe de estado y entierre al populista demagogo, pero si no es así, créame cuando le digo que, esta obra de cuarta, no puede tener un final feliz y no lo digo yo, lo dicen los datos y la realidad que el morador de palacio no quiere aceptar.
