Por Eduardo López Chávez
El viernes pasado se dio a conocer que la Ciudad de México y el Estado de México, pasaban de semáforo naranja a rojo, es decir, volvemos al confinamiento producto del incremento en el número de hospitalizaciones en estas Entidades Federativas y el posible colapso del sistema hospitalario, que dicho sea de paso, está más cerca que nunca, no solo por la falta de infraestructura, sino por que el personal de salud de primera línea, lleva más de 8 meses al pie del cañón tratando de domar a la bestia y es más que obvio el agotamiento físico y mental que sufren.
Para muchos, el retorno a semáforo rojo provocará que esta Navidad, no sea una blanca, para algunos será gris, para otros completamente negra, resultado de diversos factores, el más doloroso a mi parecer, es el haber perdido a un ser querido o, el tener a uno hospitalizado, otro factor más será el económico que, afectará de nueva cuenta a miles de personas y empresas, y finalmente otro factor que se puede ver es el psicológico que lamentablemente poco se ha atendido y muy caro cobrará la factura.
Dicho todo lo anterior, surge entonces una pregunta ¿de quién es la culpa? Sería sumamente fácil decir que el gobierno tiene en sus manos las muertes de miles de personas, más de 100 mil para ser exactos pero, sería poco realista verlo de esa forma, si bien es cierto que el gobierno tiene la obligación de mantener un sistema de salud robusto que permita la atención a toda la población en casos como el que estamos viviendo y que es claro que los gobiernos anteriores dejaron un boquete enorme y que el actual, no solo lo ha hecho más grande sino más profundo, también es cierto que, hay otro jugador en el tablero y posiblemente un gran culpable de lo que estamos padeciendo y es, el propio verdugo y juez de la transformación de cuarta, la sociedad civil.
Durante todo este periodo de tiempo, ¿cuántos de nosotros supimos de alguna fiesta o reunión que violaba completamente las normas de cuidado y sana distancia?, ¿cuántos asistieron a esas reuniones?, ¿cuántos denunciamos esas situaciones?, ¿cuántos alzamos la voz para condenar y señalar a los culpables?
Siempre he sido un crítico de esta administración, pero también he sido muy enfático en señalar cuando las cosas son bien hechas, en esta ocasión, debo señalar que no todo es culpa del gobierno y con esto de ninguna forma eximo de sus responsabilidades al hijo predilecto de Macuspana o a López-Gatell, de ese par de ineptos incompetentes mucho se ha dicho ya.
Como sociedad, hemos sido permisivos de muchas cosas en estos meses y hoy vivimos el resultado de todas esas decisiones, hay quienes dirán que hicieron una u otra cosa por desconocimiento, lo cuál es posible en una primera ocasión, pero, hacerlo más de dos veces es violar conscientemente lo establecido por la autoridad, otros dirán que fue por necesidad, también creíble y más en el entorno en el que la economía se encontraba al inicio de la crisis sanitaria, sin embargo, ¿no creen que si se hubieran respetado realmente los protocolos de cuidado y distancia social, estaríamos saliendo en lugar de recayendo? Lamentablemente el hubiera no existe, solo el hoy y el ahora, por favor, si usted es de los que tiene que salir por cuestiones de trabajo, tome las medidas necesarias, si no hay motivo y pueden permanecer en casa, háganlo, su vida es más valiosa que una fiesta, demostremos esa legendaria solidaridad del pueblo mexicano, una vez más estamos pasando por momento difíciles, no es broma por favor cuídese.
