Lo más probable es que me quede corto, sin embargo, trato de dejar huella de los tres primeros años del ciudadano Presidente, en el entendido de que no lo comentaré cronológicamente, pero si será abordado, por grado importancia que afectaron en mayor o menor grado el ámbito político, social-educativo-salud y económico de nuestro querido México.
Debo confesar que, esta narrativa es obra de diferentes expertos en virtud de la exposición contenida en el último número de la revista NEXOS con algunos comentarios de mi cosecha o autoría, como quieran llamarle.
En primera instancia, se me ocurre formular una pregunta personal ¿qué de verdad todo lo construido en anteriores sexenios no servía? porque la verdad yo creo que esta premisa es falsa, sobre todo, a partir de la permanencia de servidores públicos de los que se pudiera haber aprovechado su experiencia, como fue el caso de la destitución de quien dirigía la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en favor de una activista según el Presidente (p.19); el 2.5% de crecimiento anual de la economía y desaparición del Seguro Popular (P.21): intervención cada día más frecuente y sigilosa del Presidente en asuntos como el ejercicio de temas que si bien es cierto el que puede lo más, puede lo menos, como el uso de su influencia en la designación de los ministros de la SCJN que, cada vez que corresponde designar a alguno de ellos además de ser personas falta de experiencia en el ejercicio de la protección de las disposiciones de la Constitución, curiosamente pertenecen al partido de Morena.
La destrucción de una obra ya avanzada del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, por un mero capricho para construir el aeropuerto de Santa Lucía cuyo costo, no sabemos a cuánto va a llegar incluidas las operaciones de actos jurídicos relacionadas como fue el caso de contratos, convenios, e indemnizaciones por la cancelación y el desperdicio de lo ya edificado que hasta la fecha, se encuentra en el abandono con la promesa de la edificación de otra obra cuyas características y beneficios o compensación, se ignora; la reducción de ingresos por el petróleo con el crecimiento de su deuda (P.27); la reconstrucción o destrucción de una refinería y la compra de una en los Estados Unidos que para nuestra desgracia no produce al 100% y que los E.U. no quería entre otras cosas, por colaborar al cambio climático por la creación de combustóleo que se considera dañino al medio ambiente; la falta de coordinación y existencia de los institutos de salud y medicamentos (cáncer) (PP.34 Y 35). esto último por no estar en la agenda.
La desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa que, entre otras cosas proporcionaba, información sobre un termómetro para medir la calidad del sistema educativo (PP.39 Y 40); la falta de consideración y conocimiento de los logros a futuro en materia científica y cultural (P.40); subsidios en materia de seguridad municipal (P.47), etc., etc., etc. y algunas otras cosas más que deseo comentar por aquello del no te entumas.
Pero lo que considero más importante es, la constante polarización en dos sectores de la población, los neoliberales y los conservadores (oposición) que pereciera ser va ganando terreno no como yo deseara, pero algo es algo. Mención aparte sería, la sucesión presidencial cuando todavía faltan tres años y catastrófico es, considerar a la Secretaria de Energía, por Dios santo, su principal cualidad es el apoyo a todo lo que dice el presidente en materia de energéticos (petróleo y energía eléctrica) y algún otro que se escapa y que en su momento, ha provocado problemas y aunque el supuesto primer gallo, lo ha conservado fuera de la política interna, es decir, en el plano internacional, a pesar de su participación en el derrumbe de la línea 12 del metro que costó muchas vidas y donde cabe decir que, lo económico y técnico es lo de menos habría que tomar en cuenta lo emocional, la pérdida de vidas en este “accidente” que pongo entre comillas porque existen responsabilidades compartidas por la falta de mantenimiento y supervisión de obra que se esperaría tenga consecuencias políticas a futuro, sólo falta que les levanten responsabilidades a los ejecutores de la obra porque alguien, tiene que pagar.
Estas son mal que bien, algunas de las destrucciones de 2018 a 2020 y todavía falta un buen trecho que recorrer y hasta el próximo comentario D.M.