Eduardo López Chávez
Durante algunos meses, he enfatizado en este espacio la necesidad de que exista certeza jurídica para la atracción de inversiones que permitan, entre otras cosas, potencializar a la economía generando crecimiento el cual, a su vez, sienta las bases necesarias para que exista desarrollo entre la población, siendo la medición de este último, el aumento de la calidad de vida de las personas.
Aquí, entra algo que para muchos puede ser confuso o incluso subjetivo ¿qué implica un aumento de la calidad de vida? De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) es un concepto multidimensional y complejo que incluye aspectos personales como salud, autonomía, independencia, satisfacción con la vida y aspectos ambientales como redes de apoyo y servicios sociales, entre otros; así mismo, menciona que es resultado de la combinación de factores objetivos, esto es, utilización y aprovechamiento de sus potenciales: intelectual, emocional y creado, así como, de las circunstancias externas como son la estructura socioeconómica, sociopsicológica, cultural y política.
Lo anterior, deja claro que, dentro de la calidad de vida se encuentra de manera implícita la seguridad tanto económica como física, lo cuál requiere por el lado económico, que se generen empleos bien remunerados que permitan que las personas satisfagan sus necesidades y no solo hablamos de las primordiales, situación que, solo es posible cuando la base productiva incrementa su producción debido a un fuerte nivel de demanda de bienes y servicios, siendo entonces la demanda de mano de obra la que se incremente y con ello también la posibilidad de un aumento de los salarios dada la posible especialización de los trabajadores. Por el lado de la seguridad física, tanto las personas como los inversionistas, requieren que tanto ellos como sus pertenencias, se encuentren bajo un ambiente de seguridad, esto es, que se les permita realizar sus actividades y negocios sin sufrir la coerción de ninguna otra persona o grupo delictivo, siendo el gobierno quien, debe asegurar ese ambiente a través de un bien publico que son las fuerzas de seguridad y del orden público.
La falta de algo de lo anterior genera un serio problema, sobre todo aquello que es relacionado con la seguridad física de las personas, por ejemplo, ¿cuántas personas pueden realmente decir que se sienten seguras si viven en los estados de Michoacán, Jalisco, Guerrero o Guanajuato? en realidad, pocos y es que, al compás de: “Abrazos no balazos…” que es la estrategia seguida por el gobierno del hijo predilecto de Macuspana, los delincuentes se sirven con la cuchara grande, poniendo en indefensión total a quienes no tienen ninguna otra forma de defensa que ocultarse en casa, sin poder salir a trabajar o a la escuela, se dijo en uno de los shows cómico-mágico-musical del tabasqueño que, las cifras ya no estaban aumentando y que, se habían estabilizado, el problema es que, se estabilizaron en lo que va de esta administración desde enero 2019 hasta septiembre 2021 en 2,000 homicidios dolosos mensuales.
Estas cifras, no pueden normalizarse de ninguna forma, es inconcebible que la estrategia impuesta por el gobierno del morador de palacio acepte que en promedio 2,000 personas mueran por violencia pero más inconcebible es, que como sociedad sigamos aceptándolo, el lado económico, debería pasar a segundo plano considerando la estadística anterior, pero, cuando por motivo de la violencia y la inseguridad los capitales se van y los negocios cierran, debemos tener cuidado, por que finalmente cuando un negocio por pequeño que sea cierra, implica una o varias personas desempleadas, que desgraciadamente tienen dos opciones, unirse a las filas del crimen o tratar de sobrevivir mientras se consigue algo aunque, si ese algo llega mas tarde que temprano, podría ya no ser muy útil.
Pero eso si, mientras hay personas que se debaten entre la vida y la muerte por la pandemia, la inseguridad, la falta de recursos o la escasez de medicinas, las obras faraónicas sin sentido del hijo predilecto de Macuspana, tendrán asegurado el presupuesto que requieren, siguen diciendo que la economía va de maravilla, presumiendo las remesas, jugándole al vivo en la relación con los Estados Unidos y tanto el Poder Legislativo como el Ejecutivo cada día se llena más de serviles y abyectos babeantes seguidores.
