Eduardo López Chávez
Cuando no se intenta conocer lo que sucede a nuestro alrededor, estamos condenados a cometer los mismos errores que otros: Macraf
Considerando toda la información que se ha dado a conocer con motivo del anuncio de la venta de Banamex, quiero hacer referencia al Reporte de Estabilidad Financiera del Segundo Semestre 2021, publicado por el Banco de México.
La importancia de este documento, radica en la información que da a conocer respecto del entorno económico – financiero tanto del país, como de las proyecciones a nivel internacional, por ejemplo, la determinación de riesgos y vulnerabilidades del sistema financiero, dado que Banamex es uno de los bancos más importantes del país y, su estructura de otorgamiento de crédito si bien no es la más grande, si es significativa, lo que suceda con la institución financiera tendrá un impacto en el mercado mexicano, conocer la situación del entorno en ese sentido, se vuelve importante para cualquier análisis, sobre todo, si consideramos que podría darse el caso de que sea adquirido por inversionistas nacionales, si es adquirido por alguno de los bancos ya existentes, podríamos enfrentar una concentración cuyo impacto se observará en la competitividad del sistema financiero mexicano.
Respecto del entorno internacional, el reporte menciona que a nivel global el impacto de la crisis sanitaria es el factor clave por el cual, si bien existió una recuperación económica durante el 2021, al cierre del año, el ritmo fue menor y motivó, reajustes a las tasas proyectadas de crecimiento de diferentes países, en el caso de países desarrollados como los Estados Unidos, se espera una tasa del 5.2% en 2022 otro ejemplo es el Reino Unido que se espera tenga una tasa del 5%, mientras que para países como Brasil se espera un 1.5%, China 5.6% y para México 4%. Asimismo, se detectó que a lo largo del año, existió un repunte en los niveles de volatilidad mientras que, la contratación de instrumentos de alto riesgo, tuvieron una disminución, lo que refleja mayor aversión al riesgo, adicionalmente, la aparición de la variante omicron así como, las presiones inflacionarias que se viven a nivel internacional, golpearon de forma directa a los mercados a mediados del mes de noviembre, provocando mayor incertidumbre.
Todo lo anterior, se ve reflejado en el sistema financiero mexicano, el cual, si bien se ha mantenido una posición sólida, presenta ciertos riesgos macrofinancieros a considerar, primero, las presiones inflacionarias que persisten desde mediados del año pasado, segundo, menor dinámica en la economía internacional y por lo tanto, menor crecimiento, tercero, la debilidad del mercado interno que se ve reflejado en los niveles de consumo e inversión internos y cuarto, las posibles modificaciones a las calificaciones crediticias del país derivado de la deuda soberana, la deuda de PEMEX y lo que pueda suceder en los próximos meses con la reforma energética.
Por el lado de los riesgos internos, se encuentran el deterioro en: la perspectiva de crecimiento de la economía nacional y las finanzas públicas, así como, una continua contracción en términos reales, de la posición financiera de los hogares respecto del financiamiento al consumo dado que, los usuarios han disminuido de manera importante el uso de este instrumento aunque, el financiamiento a la vivienda mostró, una expansión a lo largo del año.
En buen Cristiano, se puede hablar de un proceso de estancamiento económico en el cual, llama la atención una disminución importante en los indicadores de morosidad de las personas, resultado del menor uso de crédito a consumo, esto es, las personas están gastando menos y, menos consumo = menor producción = menor crecimiento de la economía.
Los siguientes meses, pintan para tener un fuerte componente de incertidumbre, aunque, si hay algo sobre lo que podemos tener certeza, es que va a ser un año donde la palabra estabilidad, se convertirá en la meta más importante y de no manejar bien las cosas, en una utopía.
