Eduardo López Chávez

Se puede festejar la victoria en una batalla, siempre y cuando, no se baje la guardia para lo que viene…
Macraf
Obligado es, dado lo sucedido el pasado domingo, analizar la fallida reforma energética del hijo predilecto de Macuspana, por el lado económico ¿podríamos decir que se evitó un gran desastre?, efectivamente, sobre todo si consideramos que, no existe una sola actividad productiva que no requiera del uso de energía como parte de sus insumos básicos y, dada la estructura actual de la CFE, muchos expertos en la materia consideran que no tendría la capacidad necesaria para cubrir las necesidades de algunos sectores y mucho menos, una demanda cada vez mayor de energías limpias, por lo tanto, lo único que se lograría es un aumento de los costos de producción y lo más importante, un incremento en el nivel de desconfianza de los inversionistas que buscan posicionarse en nuestro país, siendo esta última, la inversión, el punto clave que se requiere si realmente queremos salir del problema económico en el que estamos.
En resumen, la aprobación de la reforma, podría haber generado tres grandes problemas económicos, primero: un tema de libre competencia en el mercado eléctrico, ya que la CFE se habría convertido en “dueño” del 54% del mercado, segundo: un incremento en los costos de producción de los bienes y servicios que se producen en el país generando presiones inflacionarias dado el incremento de natural de los precios y, en tercer lugar: la pérdida de competitividad del país frente a los inversionistas tanto nacionales como internacionales, quienes preferirían buscar un mercado que además de brindar seguridad económica – financiera, también brindara certeza jurídica.
Dado lo anterior, si fue un acierto el no haber aprobado la reforma energética enviada por el morador de palacio, pero ojo, el tema no acaba aquí, comienza, no basta con haber detenido un desastre económico, se debe empezar a trabajar a futuro, es decir, ahora es cuando debe venir un verdadero y profundo proceso de análisis, para sentar las bases necesarias para el desarrollo del sector, creer que la reforma del 2013 es perfecta, es un error garrafal, hay que pulirla y sobre todo, construir los cimientos necesarios para que realmente funcione, de lo contrario, los tres grandes problemas que se evitaron en el corto plazo, los veremos en un término no muy lejano.
Del otro lado de la moneda, esto es, en el terreno político, me gustaría puntualizar algo: es evidente la polarización en el país y en la cámara de diputados, basta con observar las posturas sobre la reforma en la sociedad mexicana y la votación del domingo en la cámara, muchos de los que apoyan las reformas del tabasqueño, lo hacen no por convicción sino por abyección y me refiero a ambos niveles, social y legislativo.
De los 498 votos emitidos en la cámara, 275 votos fueron a favor, 223 en contra y 0 abstenciones, con lo cual, no se alcanzó la mayoría calificada de dos terceras partes de los legisladores y la reforma constitucional no fue aprobada, sin embargo, el bloque de Morena, PVEM y PT, posee una mayoría que si bien no le permite aprobar por su cuenta una reforma constitucional, pueden modificar y aprobar sin mayor problema, temas de gran relevancia como el presupuesto, la ley de ingresos u otras leyes secundarias, un gran riesgo sobre todo cuando las bancadas mayoritarias, poseen legisladores sin experiencia y sin conocimiento del marco legal y económico del país, en buen cristiano, ni siquiera saben que están votando o si está bien o mal, por supuesto que, no es un mal exclusivo de esta época, es algo que ha existido desde hace mucho tiempo y que nos debería obligar a reflexionar sobre el perfil de los legisladores.
¿Acaso entre más de 120 millones de personas, no hay 620 (500 diputados y 120 senadores) que realmente puedan hacer un buen papel y apoyar en el crecimiento y desarrollo del país?, yo creo que sí, pero, me temo que es tanto el hartazgo y desprecio por el ejercicio legislativo que, tal parece que nadie desea intentarlo y eso, es una falla de la sociedad actual.