Sobre el inicio del 2023…
El inicio de año, es una gran oportunidad para corregir los errores, no intentar hacerlo, solo refleja locura y estupidez…
Macraf

Eduardo López Chávez
Antes que nada quisiera tomar unas líneas para poder desearle a usted mi estimado lector que este año 2023 este lleno de grandes alegrías, felicidad y sobre todo, mucho éxito tanto a nivel personal como a nivel profesional.
Estos buenos deseos desafortunadamente, no pueden ser materializados al 100% en lo que a la economía nacional se refiere, si bien el 2022 terminó con una tasa de crecimiento del 3.0% o muy cercana a ese nivel, el grueso de analistas y encuestas, indican que el 2023 tendría una contracción muy marcada que llevará la tasa de crecimiento del PIB hasta un nivel entre el 0.7 y el 0.9 por ciento.
Lo que motiva esa contracción es un conjunto de situaciones, por el lado externo, encontramos los altos niveles de inflación, que a su vez, han provocado un alza importante de las tasas de interés, lo que genera un mayor costo financiero para las personas y las empresas, así mismo, persiste la sombra de una posible recesión económica en los Estados Unidos de América (EUA) y a nivel global, ojo, si el país del norte entra en una recesión, la economía mexicana se verá afectada por la disminución de los niveles de consumo estadounidenses y por lo tanto, las remesas que tanto pregona el hijo predilecto de Macuspana como logro (sin serlo), también disminuirán, situaciones que pueden impactar en el tipo de cambio, sin embargo, la economía mexicana ha logrado mantener cierta estabilidad en los últimos meses producto de las inversiones que se están desarrollando por el llamado nearshoring, así como, por la fortaleza comercial asociada al TMEC.
Por el lado interno, el gran problema radica en los niveles de la inversión privada, el gasto de gobierno y las muy altas expectativas con las cuales se realizó el presupuesto para este año que recién comienza; en el caso del primero, la inversión privada, el motivo de los bajos niveles radica en el encarecimiento del financiamiento y la menor confianza por parte de los inversionistas, lo que se verá reflejado en indicadores como la inversión fija bruta, sobre el gasto de gobierno, poco se puede decir, dado que, no hay cambio alguno, los recursos en su mayor parte estarán destinados a las obras faraónicas sin sentido, los programas sociales y los apoyos a PEMEX, todos estos factores en conjunto, son presiones importantes para el ejercicio del gasto, es decir, si por algún motivo hay sobre costos, gastos extraordinarios y no se cumplen las variables sobre las cuales se realizó el presupuesto, entonces tendremos un mayor déficit y recuerde mi estimado lector que solo hay dos formas de cubrir los faltantes, impuestos o deuda.
Como puede observar mi estimado lector, son muchas las situaciones a las que debemos prestar atención durante este año que comienza, si bien hemos logrado mantener cierta resiliencia a lo largo de los últimos meses, la inercia que traemos no durará para siempre, el inicio del 2023, nos permite volver a poner sobre la mesa, discusiones coyunturales para el futuro del país como son: el inicio de los paneles arbitrales por la controversia que tenemos en el TMEC por la ley eléctrica, la situación del sistema educativo, el desabasto de medicamentos, la precaria situación del sistema de salud (seguimos sin ser Dinamarca en este rubro), el aumento de la pobreza y a mi parecer lo más importante, los altos niveles de inseguridad que han cobrado la vida de miles de mexicanos y todo por la necedad de palacio de creer que la mejor estrategia es no hacer nada.