Coyuntura económica y algo más

Desde hace algún tiempo, ha sido tema de análisis y discusión en diversos foros, un concepto que me parece interesante: la economía circular, corriente que busca, entre otras cosas, un equilibrio entre la producción de bienes y el cuidado del medio ambiente, lo que lleva a una pregunta muy básica: ¿es posible establecer un modelo de este tipo en nuestro país?, e incluso yendo un poco más lejos, ¿está preparada la sociedad internacional para un esquema de este estilo?.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas y la Fundación Ellen MacArthur, la economía circular permitiría generar soluciones sistemáticas para el desarrollo económico, abordando de manera puntual, los principales retos internacionales como son el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el incremento de residuos y de contaminación en los procesos productivos, entre otros, este modelo, está basado en el uso de energías y materiales renovables, situación que saca a la luz el primer gran problema, en el caso de México, existe un gran desprecio por la administración del hijo predilecto de Macuspana, respecto de las energías renovables, prefiere el uso de energías fósiles, amparado por un malentendido sentido de nacionalismo, cuestión que ha borrado del mapa, el uso de energías alternativas, a nivel internacional, la mayoría de las grandes potencias, utilizan como base de su producción energías no renovables, dado que, la migración a las energías verdes, tiene un costo muy importante, además, si bien es cierto que el conflicto ruso-ucraniano ha provocado la reaparición de la energía nuclear como es el caso de Alemania, que aunque siendo está un poco menos contaminante, está presente el miedo sobre un posible desastre como ya ha sucedido en otros momentos de la historia.

Otro punto importante de esta corriente, tiene que ver con mantener los productos y materiales en uso, dado que se pretende tenerlos el mayor tiempo posible activos, lo que implica por un lado, mejorar su durabilidad y por otro, cambiar la mentalidad de los consumidores respecto del beneficio que obtienen, lo cual no es nada sencillo por una simple razón, en términos económicos, siempre se parte de un supuesto muy básico, pero que ha sido demostrado que es irreal, esto es, que existe un consumidor racional, entiéndase este último como el agente económico que utiliza los recursos, bienes y servicios a su alcance, para maximizar el beneficio que obtiene, satisfaciendo de manera plena, su necesidad, sin embargo, ese supuesto se rompe por la existencia de un costo de oportunidad, derivado de la gran cantidad de bienes y servicios disponibles, lo que lleva a las personas, a tomar decisiones de consumo en términos de temporalidad, imposibilitando el uso prolongado de los bienes sin importar, el nivel de durabilidad que tengan.

En buen cristiano, tanto México como el resto del mundo, se encuentran en un punto de inflexión respecto de los procesos productivos, la economía circular podría ser un gran cambio que siente bases de prosperidad a futuro, pero su implementación me parece que no es tan sencilla en el contexto actual, dado que, no se percibe a nivel internacional una verdadera urgencia por realizar un cambio en este sentido, por supuesto que hay una gran cantidad de señales que empiezan a resonar por las consecuencias de no hacer nada, pero, lamentablemente continúa superando el poder económico y político al ambiental que visto desde cierto punto, es el interés de la totalidad del planeta, sin duda, un tema que estoy seguro volverá al centro de la agenda, en no mucho tiempo, ojalá, que a nivel internacional se logren tener avances.