Cuidado con dejarse maicear, a veces se cambian pesos por centavos…
Macraf
Es normal que en época electoral, los gobiernos decidan utilizar la mayor parte de sus recursos para mantener su posición política a lo largo del tiempo, sobre todo, cuando se trata del proceso electoral para elegir a quien será el jefe de estado y jefe de gobierno de un país, en el caso mexicano, el próximo año se elegirá al sucesor del actual morador de Palacio Nacional y, todo indica que por primera vez en la historia de este país, será una mujer quien tenga a su cargo la titularidad del Poder Ejecutivo, algo que debe festejarse, sin embargo, la contienda electoral estará marcada por el uso indiscriminado de recursos por parte del gobierno para impulsar la campaña de la abanderada del oficialismo.
Lo anterior, no es algo nuevo en este país, desde hace décadas el ejercicio del poder se ha visto trastocado en época electoral, por la tentación de garantizar la continuidad del proyecto político que gobierna en ese momento, o bien, simplemente por tratar de dejar a un sucesor que le permita al gobernante saliente, tener un retiro tranquilo y despreocupado, el gobierno del hijo predilecto de Macuspana, no será diferente a los demás en este sentido, ni en otros tantos, sin embargo, en el tema electoral queda muy claro que el tabasqueño, está decidido a aventar toda la carne al asador, para lograr que su corcholata sea quien obtenga el triunfo en los comicios del próximo.
Lo anterior, queda claro cuando se analiza el Presupuesto de Egresos de la Federación propuesto para el próximo año, recordemos que es el presupuesto, el que dicta las filias y fobias de un gobierno, pero también, sus prioridades y anhelos, estos últimos, impulsados por el ejercicio de recursos. Esta relación entre el gasto público y el periodo electoral, tiene un entramado muy interesante que no es otra cosa que, el ya famoso clientelismo electoral, esto es, ejercer del gasto público en favor de quienes con su voto, podrían dar la victoria a quien se encuentra en ese momento del lado del oficialismo, en este caso, a la 4T, todo a través de los programas sociales que de manera muy especial este gobierno, ha tratado no solo de imponer, sino crecer y legalizar dentro de la constitución, para de esa forma, se asegure su existencia por mucho tiempo.
Permítanme puntualizar algunos datos relevantes del presupuesto, para empezar, se prevé que al cierre de este año 2023, el déficit del gobierno federal se localice en un nivel del 3.3 por ciento, pero, para el próximo año, se espera que el déficit se encuentre en 4.9 por ciento, es decir, tendremos un incremento de 1.6 puntos porcentuales, que si bien parece un incremento mínimo, en realidad implica, un aumento importante en el nivel de deuda de la administración pública federal, para darnos una idea del nivel de endeudamiento, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público, es decir, la deuda con respecto del PIB, se estima que terminará este año en un nivel del 46.5 por ciento del PIB y, el próximo año, se espera que llegue a un nivel del 48.8 por ciento, este déficit, tendría que ser financiado a través de deuda, dado que, se prevé que los ingresos presupuestarios disminuyan en 2024.
Muestra del alto nivel de gasto son, los programas prioritarios del gobierno federal para el 2024, en primer lugar, la pensión para adultos mayores, que tendrá un presupuesto de poco más 465 mil millones de pesos, seguido del programa de becas con 87 mil millones, sembrando vida 38 mil millones, la escuela es nuestra 28 mil millones, la pensión para personas con discapacidad 27 mil millones y, el programa de jóvenes construyendo el futuro 24 mil millones, por mencionar los 5 de mayor presupuesto, siendo la diferencia entre el primero y el segundo, 378 mil millones de pesos. Por el lado de los proyectos prioritarios, el puesto estelar se lo lleva el tren maya con un presupuesto de 120 mil millones de pesos, que, dicho sea de paso, serán transferidos a la Secretaría de la Defensa Nacional que es la encargada de este proyecto.
En conclusión, el presupuesto 2024 refleja, por un lado, la necesidad del gobierno federal de respaldar la candidatura de la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México y corcholata del hijo predilecto Macuspana y, por otro, que las fuerzas armadas reciban el dinero necesario para mantener el control de los proyectos estratégicos de este gobierno y, de paso, se mantengan dispuestos a seguir las órdenes del morador de palacio.
