El esperado debate entre los candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos, Tim Walz, gobernador demócrata de Minnesota, y J.D. Vance, senador republicano por Ohio, resultó mucho más moderado de lo previsto. A pesar de las tensiones previas entre ambos, el encuentro transcurrió de manera civilizada, con ambos candidatos respetando sus turnos y centrándose en desgranar sus propuestas. Aunque hubo algunas fricciones, especialmente en temas como la migración y el papel de Donald Trump en el asalto al Capitolio en enero de 2021, predominó el tono de respeto mutuo.
Uno de los momentos más destacados fue cuando Walz y Vance coincidieron en varios puntos clave, como la necesidad de apoyar a los aliados de EE.UU. en el extranjero y la urgencia de tomar medidas frente al cambio climático. En temas internos, como el control de armas, ambos mostraron preocupación por la violencia armada, especialmente en las escuelas. Incluso, en algunos momentos, Vance expresó abiertamente su acuerdo con las posturas de Walz.
Sin embargo, el debate se tornó más tenso cuando el tema de la migración salió a flote. Vance fue cuestionado sobre las masivas deportaciones prometidas por Trump, especialmente en lo que respecta a la separación de familias. Aunque Vance trató de aclarar que las deportaciones comenzarían con inmigrantes con antecedentes criminales, la discusión dejó ver las profundas diferencias entre ambos candidatos en este ámbito.
A lo largo del debate, tanto Walz como Vance hicieron referencia a sus raíces en el Medio Oeste estadounidense, una región clave en las próximas elecciones. Ambos compartieron también su experiencia militar, aunque mantuvieron posturas distintas sobre cómo abordar algunos de los temas más críticos de la campaña. Con las elecciones acercándose, este debate fue una muestra de la creciente importancia de los candidatos a la vicepresidencia en la política estadounidense.