Fernanda Álvarez Morphy
Internacionalista con experiencia en proyectos educativos, ambientales y migratorios en Latinoamérica y Estados Unidos.
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Después de 15 meses, por fin vemos un acuerdo de alto al fuego en Gaza, terminando de esa forma el continuo bombardeo al pueblo palestino. Este no es un logro de Estados Unidos y menos de Israel o la comunidad internacional, quienes le permitieron al gobierno de Netanyahu tirar cientos de toneladas de bombas sin remordimiento a la población civil de Gaza. Aunque el ataque de Hamas el 7 de Octubre fue brutal para la población civil israelí; el masacrar a una población de forma indiscriminada y desplazar a millones de personas bajo ninguna circunstancia me parece una respuesta justa, proporcional o correcta sin importar por donde intente verlo.
Tras casi año y medio los ataques del ejercito de Israel cobraron más de 46 mil vidas palestinas y dejando a casi 110,500 heridos; sin contar quienes todavía se encuentran perdidos bajo los escombros. Personal e instalaciones médicas han sido atacados en contra de toda norma internacional, ademas de personal humanitario ambos protegidos bajo el derecho internacional humanitario. Abusos, humillaciones, hambruna y el castigo colectivo nunca han sido ni deberán ser aceptados bajo ningún tipo de régimen legal o moral; sin embargo, fue lo que presenciamos en vivo y en tiempo real. Pudo haber sido el ejercito de Israel quienes apretaran el gatillo, pero el occidente es su complice, aunque no podíamos esperar de ellos. El objetar las acciones de Israel, significaría negar su propio pasado imperialista y colonial que con tanto esfuerzo intentan ocultar.
Aun así, a pesar del obvio poder militar, político y diplomático que tiene Israel, creo firmemente que este alto al fuego fue una derrota para ellos. Realmente una victoria total en Gaza nunca fue un objetivo realista, nunca podrían lograr destruir a Hamás; una resistencia y su idea no se destruyen con bombas o balas, estas solo la hacen más grande. De hecho, Anthony Blinken ex-secretario de estado de Estados Unidos, reporto que estiman que Hamas logro reclutar tantos combatientes como los que Israel asesino en 15 meses. Si Israel hubiera jugado simplemente la carta de víctima y no hubiera respondido con tanta fuerza, habría podido lograr lo que ahora busca: controlar Gaza y erradicar cualquier idea de un Estado palestino.
Ahora, la conversación sobre Palestina nunca ha estado tan presente sobre la mesa como ahora. Sus acciones solo han logrado reunir al mundo detrás de los palestinos, logrando una pérdida masiva de millones de dólares sobre intereses corporativos y empujando a los gobiernos a un menor apoyo a Israel gracias a los grupos de presión de la sociedad civil y el movimiento de BDS. Los ataques destinados a destruir a Hamás, según Israel, sólo lo fortalecieron, palestinos que antes no los apoyaban han cambiado de opinión, y por cada huérfano que crearon, ayudaron a reclutar un combatiente más para el futuro. Esta guerra fue la mejor herramienta de reclutamiento para la causa Palestina en todo el mundo, cortesía de Israel y Estados Unidos.
Su enfoque de castigo colectivo ha fracasado y es por eso que Israel nunca iba a poder ganar esta batalla, a menos de que exterminaran por completo a cada persona dentro del Estrecho de Gaza; pero los judios mismos son una prueba de que no es posible matar o erradicar una etnia entera. Quienes hoy han sobrevivido, recordarán y es por eso que Israel nunca podrá alcanzar esa victoria total sobre el pueblo palestino. Con este acuerdo de alto al fuego puede que existe una paz temporal tanto para Israel como para Gaza, pero ahora más que nunca no dejarán de estar en alerta y esperar que seguirá. Y si de alguna manera algún día logran esa “victoria total”, ¿a qué costo sera? ¿Cuál es el precio que están dispuestos a pagar por ella?