El mundo entero se encuentra de luto tras el fallecimiento del Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, a los 88 años. Su partida, ocurrida el 21 de abril de 2025, marca el fin de una era para la Iglesia Católica y para millones de personas que vieron en él un líder cercano y comprometido con los más vulnerables.
Francisco, el primer Papa latinoamericano y jesuita, dejó un legado de humildad, justicia social y cercanía con los necesitados. Su mensaje trascendió las fronteras religiosas, resonando en líderes políticos y sociales de todo el mundo, quienes destacaron su lucha contra la desigualdad, su defensa de los migrantes y su llamado a la paz.
Su papado se caracterizó por un lenguaje claro y directo, así como por gestos que demostraban su compromiso con los más desfavorecidos. Frases como «¡Cómo me gustaría una iglesia pobre para los pobres!» y «¡Hagan lío!» se convirtieron en símbolos de su liderazgo transformador y cercano, especialmente para los jóvenes.
La partida del Papa Francisco activa un duelo colectivo que va más allá de la fe. Su figura simbolizaba protección, guía y sentido, dejando una sensación de desamparo en un mundo cada vez más polarizado. Su legado perdurará como un llamado a la coherencia entre pensamiento, emoción y acción, y a la construcción de un mundo más justo y compasivo.