En un escenario global marcado por tensiones comerciales y una desaceleración económica, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo un llamado a los países del hemisferio occidental a no asumir riesgos innecesarios y a mantener políticas económicas responsables. Rodrigo Valdés, director del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, instó a avanzar en una consolidación fiscal prudente como herramienta para mitigar el impacto de los aranceles impuestos en diversas regiones del mundo.
Durante una entrevista conjunta con El Economista y el diario peruano El Comercio, Valdés advirtió que la actual ola proteccionista dificultará la gestión económica en el corto plazo. Sin embargo, señaló que este entorno también abre la puerta a reformas estructurales que mejoren la competitividad, como cambios en los mercados laboral y financiero, así como una revisión de las regulaciones que obstaculizan la inversión.
En cuanto a la política monetaria, Valdés subrayó que no es momento para giros bruscos. Afirmó que es preferible esperar a observar cómo se comporta la economía antes de realizar ajustes significativos en las tasas de interés, especialmente si el impacto de los aranceles reduce la actividad económica y, en teoría, también la inflación. Recalcó que cualquier modificación en la estrategia monetaria debe sustentarse en datos claros sobre la evolución de los precios.
Valdés también hizo hincapié en la importancia de evitar políticas contradictorias entre lo fiscal y lo monetario. Usando una metáfora, comparó ambas políticas con los pedales de un automóvil: “Si un pie acelera y el otro frena, el auto simplemente no avanza”. Por eso, recomendó que la consolidación fiscal permita una moderación gradual en la política monetaria, para que ambas herramientas trabajen de forma coordinada.
Finalmente, el funcionario del FMI reconoció la incertidumbre que rodea al efecto inflacionario de los aranceles. Si bien algunos factores podrían reducir la presión sobre los precios, como el redireccionamiento de bienes hacia otros mercados, también existen riesgos al alza, como una posible depreciación del tipo de cambio o el encarecimiento de las cadenas de producción. Por todo ello, el FMI mantiene sus proyecciones con cautela, reconociendo el alto grado de incertidumbre que impera en el entorno actual.