El precio del pollo, una de las proteínas más consumidas en México, registró un fuerte aumento durante la primera quincena de mayo, convirtiéndose en el principal factor que presionó la inflación en ese periodo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este incremento, del 8.96% respecto a la quincena anterior, ha golpeado directamente el bolsillo de los consumidores mexicanos.
En la Ciudad de México, el precio por kilo de pechuga de pollo alcanzó hasta los 120 pesos, de acuerdo con el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados. Este alza responde principalmente al brote de gripe aviar registrado en Brasil, el mayor exportador mundial de carne de pollo, que obligó a varios países, incluido México, a suspender temporalmente las importaciones avícolas procedentes de ese país sudamericano.
El brote, confirmado por las autoridades brasileñas el 16 de mayo en una granja comercial, generó preocupaciones sanitarias y limitó la disponibilidad de pollo importado, lo que presionó la oferta en el mercado mexicano e impulsó los precios.
Además del pollo, otros productos también contribuyeron al repunte inflacionario, como el jitomate (4.37%), la carne de res (0.99%), la papaya (16.25%), y servicios como el cine (14.82%) tras el fin de promociones vacacionales. Este panorama reflejó un repunte general de la inflación, que se ubicó en 4.22%, fuera del rango objetivo del Banco de México.