El empresario Elon Musk, conocido por su cercanía con el expresidente Donald Trump durante su campaña de reelección, ha comenzado a distanciarse de su rol dentro del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Este cambio se produjo tras una supuesta negativa de Trump a incluirlo en una reunión informativa clasificada relacionada con China, lo que habría desencadenado tensiones dentro del círculo cercano del exmandatario.
Musk, quien fue invitado a formar parte del gobierno luego del triunfo electoral de Trump, había liderado esfuerzos en DOGE enfocados en reducir el despilfarro y el fraude dentro del aparato federal. Sin embargo, de acuerdo con declaraciones de Steve Bannon, exestratega de la Casa Blanca, todo cambió cuando surgieron dudas sobre la influencia del empresario en asuntos de seguridad nacional. «Se notaba. Todo cambió. La fiebre se había calmado», expresó Bannon a The Atlantic, refiriéndose al giro en la relación entre Musk y la administración.
El distanciamiento se acentuó luego de que Trump desmintiera, a través de su red Truth Social, un reportaje del New York Times que sugería que Musk recibiría información confidencial sobre la relación entre Estados Unidos y China. La controversia provocó un reordenamiento en la forma en que la administración trataba la participación del fundador de Tesla en temas gubernamentales, disminuyendo notablemente sus menciones en discursos oficiales y comunicaciones públicas.
Musk, por su parte, anunció que comenzará a enfocarse nuevamente en sus empresas tecnológicas, entre ellas Tesla, SpaceX y la red social X. También indicó que reducirá sus donaciones políticas. Aunque la Casa Blanca aseguró que la misión de DOGE continuará sin cambios, las palabras del empresario pintan un futuro distinto: “Probablemente a partir del próximo mes, mayo, mi tiempo dedicado a DOGE disminuirá significativamente”, comentó durante una reciente llamada con analistas.