El gobierno del presidente Donald Trump ha dado un paso decisivo en su estrategia tecnológica contra China, al prohibir que la empresa estadounidense Nvidia venda su chip H20 en el país asiático. Esta restricción, anunciada oficialmente el lunes, exigirá una licencia especial de exportación «por tiempo indefinido», lo que representa un duro golpe financiero para Nvidia, que esperaba usar este modelo para esquivar sanciones anteriores.
Según Nvidia, el chip H20 fue diseñado específicamente para cumplir con restricciones impuestas anteriormente por Estados Unidos, pero las nuevas normas apuntan a prevenir su posible uso en supercomputadoras chinas, lo cual es considerado por Washington un riesgo de seguridad nacional. La compañía estimó pérdidas de hasta 5,500 millones de dólares en su inventario debido a la medida.
El impacto se hizo sentir rápidamente en los mercados: las acciones de Nvidia cayeron un 6% al inicio de la jornada en Nueva York, arrastrando a otros gigantes del sector como Samsung, SK Hynix y AMD. Incluso empresas europeas como ASML, que fabrica tecnología esencial para producir semiconductores, reportaron resultados financieros decepcionantes, aumentando la incertidumbre en una industria ya golpeada por las tensiones comerciales.
Estas restricciones no son un giro inesperado. Trump ha reiterado su intención de frenar el desarrollo tecnológico chino, especialmente en inteligencia artificial y semiconductores. Su secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha prometido mantener una postura estricta frente a empresas como Huawei y DeepSeek, vinculadas al avance tecnológico de China. De acuerdo con analistas, esta política podría consolidarse como permanente, dado el creciente temor en Occidente sobre el liderazgo asiático en tecnología avanzada.
