El Gobierno argentino ha concretado con éxito la colocación de 1.000 millones de dólares a través de un bono denominado en pesos, pero que se suscribe con divisas extranjeras. Esta operación de deuda estuvo dirigida específicamente a fondos de inversión del exterior. Con esta iniciativa, el Ministerio de Economía busca sumar reservas al Banco Central de la República Argentina (BCRA), un paso crucial en un momento en que el país necesita acumular divisas para cumplir con las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según lo comunicado por el Ministerio de Economía, el bono fue adjudicado en su totalidad y ofrece una tasa fija del 29.50% anual. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, detalló que se recibieron 146 ofertas de inversores internacionales, totalizando 1.94 billones de pesos (equivalentes a 1.694 millones de dólares). Quirno destacó que esta colocación «permite refinanciar deuda en moneda local con fondos provenientes del exterior, contribuye a aumentar las reservas del Banco Central sin generar nueva deuda neta, y extiende el plazo promedio de los pasivos en pesos».
Aunque en el mercado se había especulado con un título «peso linked», el formato de este nuevo Bonte es diferente. A diferencia de los bonos atados al tipo de cambio donde el inversor invierte y recibe pesos, en este caso, los fondos utilizan sus dólares para la suscripción y al vencimiento recibirán pesos. Un aspecto relevante es que estos bonos se regirán bajo ley local y no bajo jurisdicción de Nueva York, que es la más común para emisiones en el mercado internacional.