Las marcas japonesas siguen ganando la carrera por el corazón del consumidor mexicano. Nissan, Toyota, Honda, Mazda y Suzuki representan cerca del 40% del mercado automotriz en México, de acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA). Esta preferencia no es reciente ni resultado de grandes campañas publicitarias: es una tendencia sostenida por más de una década basada en eficiencia de combustible, confiabilidad, mantenimiento económico y precios accesibles.
Nissan, que llegó al país a mediados del siglo XX, se convirtió en líder en ventas tras la crisis de General Motors en 2009 y ha mantenido ese lugar desde entonces. Su éxito, al igual que el de otras marcas niponas, radica en una fórmula clara: autos “buenos, bonitos y baratos”. Modelos como el Mazda2, Toyota Corolla, Honda Civic y Suzuki Swift se han consolidado en calles y flotillas mexicanas por su durabilidad y bajo costo de operación.
En contraste, firmas como Ford y General Motors, que alguna vez dominaron el mercado, han apostado por segmentos de mayor valor como SUVs y pickups, dejando de lado los vehículos de entrada. Esta decisión estratégica les ha permitido mantener márgenes, pero ha debilitado su conexión con el consumidor promedio. En 2024, Ford representó menos del 4% del mercado nacional, a pesar de cumplir un siglo en México.
La producción local también ha sido clave para las japonesas. Con fábricas en Aguascalientes, Guanajuato y Baja California, han logrado ventajas logísticas y de costo que las marcas importadas, especialmente chinas, aún no pueden igualar.
Volkswagen, con su planta en Puebla, es la única marca alemana que compite en volumen, gracias a modelos como el Jetta, Taos y Tiguan. Otras alemanas como Audi o BMW están enfocadas en el segmento premium.
Las marcas coreanas Hyundai y Kia también han logrado avances significativos. Desde su entrada en 2014 y 2015, respectivamente, han crecido rápidamente y ahora representan el 10% de las ventas, posicionando a Kia en el top 5 del país.
En tanto, las marcas chinas, como MG, Chirey y JAC, que ganaron terreno rápidamente entre 2020 y 2023, han visto una desaceleración por problemas en cobertura de servicio y postventa. Aunque llegaron a representar hasta el 10% del mercado, cerraron 2024 con un 8% de participación, y dudas sobre su permanencia.
Mientras tanto, las marcas japonesas se mantienen firmes y relevantes para el mercado mexicano, demostrando que comprender las necesidades del consumidor —más allá del lujo o la potencia— sigue siendo la estrategia ganadora.







