El domingo 1 de junio, México vivió un hecho sin precedentes: la elección popular de 2,680 funcionarios judiciales, incluyendo ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y jueces de primera instancia. Esta votación es única a nivel mundial, pero estuvo marcada por un bajo índice de participación, que osciló entre el 12% y el 13%.
La inédita jornada electoral genera incertidumbre sobre el futuro del Poder Judicial mexicano. Hay inquietudes entre expertos y la sociedad sobre la independencia de los jueces electos, y sobre cómo podría influir la economía y la política estadounidense en este nuevo escenario judicial.
Este proceso ha abierto un debate sobre la efectividad y legitimidad de elegir a los funcionarios judiciales por voto popular, un mecanismo aún poco probado que plantea nuevos desafíos para la justicia en México.