El presidente colombiano Gustavo Petro confirmó este miércoles 4 de junio que al menos 11 exmilitares colombianos participaron en un atentado ocurrido hace una semana en la frontera entre Michoacán y Jalisco, que dejó ocho militares mexicanos muertos. Estas personas, que formaban parte del Ejército de Colombia, están ahora al servicio del Cártel de Los Reyes, una organización criminal surgida hace una década como escisión de grupos de autodefensa que combatieron a Los Caballeros Templarios.
El Ejército mexicano informó de la detención de 17 sospechosos relacionados con el ataque, de los cuales 11 son colombianos, en un operativo realizado en el municipio michoacano de Los Reyes, cercano a Jalisco. El ataque fue perpetrado mediante la detonación de una narcomina contra un vehículo blindado en el que viajaban militares que realizaban labores de reconocimiento en una zona controlada por el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Petro calificó la participación de estos mercenarios como una “traición a la patria” y señaló que deben imponerse las penas más altas a quienes venden sus conocimientos militares, adquiridos con recursos públicos, para fines criminales. Por su parte, la Cancillería colombiana expresó sus condolencias a México y aseguró que los detenidos recibirán la atención consular correspondiente.
Este caso no es aislado: desde hace años se ha documentado la presencia de exmilitares colombianos en conflictos internacionales, como en Sudán, Yemen y Ucrania, y su implicación fue notoria durante el magnicidio del presidente haitiano Jovenel Moise en 2021, cuando varios mercenarios colombianos fueron arrestados.