El plan de sustitución de importaciones impulsado por el gobierno mexicano a través del programa “Hecho en México” busca reducir la dependencia del país en productos extranjeros. Sin embargo, su implementación no será inmediata ni uniforme en todos los sectores, advirtieron especialistas y líderes de la industria minorista. La estrategia requiere una planificación cuidadosa, especialmente en la reconstrucción de cadenas de valor que actualmente dependen de la importación.
Tiendas afiliadas a la ANTAD como Chedraui, The Home Depot, y Waldo’s, junto con farmacias y tiendas departamentales, se comprometieron a aumentar gradualmente el inventario de productos hechos en México. Para 2028, las tiendas de autoservicio esperan alcanzar hasta un 70% de productos nacionales, mientras que las farmacias llegarían al 55% y las tiendas departamentales al 42%. No obstante, categorías como electrónica, juguetes o productos de alto valor agregado seguirán siendo difíciles de sustituir debido a la falta de una industria nacional desarrollada.
Representantes del sector destacan que ya existe un avance importante en el consumo de productos nacionales, sobre todo en rubros como abarrotes y artículos de uso general. Aun así, la sustitución completa será lenta y demandará inversión, capacitación y financiamiento para integrar a pequeños y medianos productores locales a las grandes cadenas comerciales. Estos actores son clave para fortalecer el ecosistema productivo mexicano.
Expertos coinciden en que el éxito del programa dependerá de una estrategia integral que articule a productores, distribuidores y comercios. El reto no solo es técnico o logístico, sino estructural: desarrollar capacidades locales para producir lo que hoy se importa, sin sacrificar calidad ni competitividad. Mientras tanto, el “Hecho en México” avanza como un esfuerzo necesario pero complejo hacia la autosuficiencia industrial del país.



