La rica y enigmática cultura maya continúa asombrando a los investigadores, quienes han descubierto un complejo urbano con pirámides y sistemas de canales que datan de casi 3,000 años de antigüedad en Guatemala. Según el Ministerio de Cultura de Guatemala, este trascendental hallazgo es el resultado del proyecto arqueológico Washaktun, que ha estado realizando importantes descubrimientos de ciudades y artefactos mayas en una vasta área de aproximadamente 100 kilómetros cuadrados. Las excavaciones han revelado un triángulo urbano previamente desconocido, compuesto por los sitios de «Los Abuelos», Cambrayal y Petnal.
En el sitio de «Los Abuelos», ubicado en el Petén guatemalteco, se encontraron dos figuras antropomorfas de piedra que representan una pareja ancestral, de donde el lugar toma su nombre. Se cree que este asentamiento albergó uno de los centros rituales más importantes de la región, con santuarios notables que están obligando a los expertos a reconsiderar ciertos aspectos de la historia maya. A solo cinco kilómetros de «Los Abuelos» se encuentra Cambrayal, que destaca por una monumental escultura de un «barrigón» maya, similar a las halladas en sitios arqueológicos de la costa sur de Guatemala. Un descubrimiento particularmente único en esta región fue la presencia de canales de agua dentro de un palacio, que incluía una especie de piscina en su parte superior.
Al este de «Los Abuelos», se localiza Petnal, otra significativa ciudad preclásica. Este sitio alberga una imponente pirámide de 33 metros de altura, en cuya cima se conservan dos cámaras con murales de diversos motivos. Estos hallazgos son el fruto de años de investigación, respaldados económicamente por la Universidad Comenius de Bratislava, Eslovaquia, que ha proporcionado becas para sostener el proyecto arqueológico en Guatemala desde 2009, permitiendo la continuidad de estas revelaciones históricas.
Estos descubrimientos recientes se suman a hallazgos previos de gran relevancia, como un altar teotihuacano encontrado en abril, considerado uno de los más importantes de la región. El Ministerio de Cultura destacó que este descubrimiento es inédito, al ser la primera evidencia tan contundente de la interacción entre las culturas maya y teotihuacana. La estructura, conocida como Grupo 6D-XV, presenta la distintiva arquitectura de talud-tablero de Teotihuacán y sorprendió a los investigadores por la excelente conservación de sus murales. Gracias al uso de tecnología avanzada, se pudo determinar que los colores originales de estos murales eran rojo, amarillo y azul, y que representaban a la Diosa de la Tormenta, adornada con un tocado de plumas, un elemento icónico en la iconografía mesoamericana.