La decisión del expresidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel del 50% a las autopartes de acero y aluminio provenientes de México podría desatar serias consecuencias en la industria automotriz de Norteamérica. Según la Industria Nacional de Autopartes (INA), esta medida impactará con un costo adicional estimado en 6,289 millones de dólares, al encarecer los componentes esenciales para vehículos producidos en Estados Unidos.
Julio Galván, gerente de estudios económicos de la INA, señaló que este aumento arancelario no solo dañará la competitividad en la región, sino que también encarecerá de forma directa los precios tanto de autopartes como de automóviles en el mercado estadounidense. Tan solo en 2024, México exportó 12,577 millones de dólares en autopartes que contienen acero y aluminio a Estados Unidos, por lo que la aplicación del nuevo arancel representa una carga económica considerable.
México y Canadá representan juntos casi el 60% de las importaciones estadounidenses de autopartes hechas con acero y aluminio. Específicamente, México contribuye con el 38.99% de esas compras. Así, el nuevo gravamen no solo impactará a los compradores en EE. UU., sino también a los fabricantes mexicanos que utilizan estos metales como insumos clave en motores, frenos, estructuras de carrocería, y otros componentes fundamentales.
Además del incremento en costos, las cadenas de suministro bajo el modelo “just in time” se verán seriamente afectadas. La imposibilidad de cumplir con tiempos de entrega establecidos comprometerá la producción de vehículos y podría paralizar temporalmente a fabricantes en toda la región. El resultado: mayores precios, menor competitividad y riesgos crecientes para las exportaciones y el desarrollo de la industria automotriz de Norteamérica.