Durante mayo, la inflación en Estados Unidos presentó una leve aceleración, en línea con lo que anticipaban los analistas. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) se incrementó una décima respecto al mes anterior, situándose en 2.4% anual, según el informe del Departamento de Trabajo divulgado este miércoles.
El leve repunte ocurre mientras aún se espera el verdadero impacto de los recientes aranceles aplicados por el presidente Donald Trump, quien en abril estableció un impuesto general del 10% sobre la mayoría de las importaciones. Aunque estas medidas han generado tensiones comerciales, sus efectos en los precios al consumidor no se han hecho sentir plenamente debido a que muchas empresas adelantaron compras para evitar los nuevos costos y siguen operando con ese inventario.
Expertos estiman que el efecto real de los aranceles se notará en los próximos meses, conforme las existencias se agoten. Kathy Bostjancic, economista en jefe de Nationwide, señaló que conforme disminuyan los inventarios, los precios podrían comenzar a subir con mayor fuerza. A esto se suma el hecho de que las tarifas más agresivas se aplicaron a productos chinos, aunque ambas potencias acordaron reducirlas temporalmente mientras continúan negociando.
En tanto, el IPC mensual se desaceleró a un aumento de apenas 0.1% en mayo, influido por la caída de los precios energéticos. Por su parte, el IPC subyacente, que descarta alimentos y energía, se mantuvo estable con un incremento anual del 2.8%, nivel que conserva desde marzo. Mientras tanto, Trump aprovechó la publicación del dato para insistir, vía Truth Social, en que la Reserva Federal debería bajar las tasas de interés, con el argumento de que ello reduciría los pagos por la deuda del país.