El dólar estadounidense arrancó la semana con una leve recuperación frente a sus principales pares, en un contexto marcado por la cautela de los mercados ante la inminente decisión de política monetaria de la Reserva Federal (Fed), programada para este miércoles 18 de junio.
El índice del dólar, que compara su valor frente a una cesta de seis divisas fuertes, subió 0.1% y se ubicó en 104.97 unidades, luego de una caída acumulada de 0.6% en la semana previa. La moderación refleja la expectativa de que la Fed mantendrá sin cambios su tasa de referencia, pero también el nerviosismo por posibles pistas sobre futuros recortes.
De acuerdo con Joe Manimbo, estratega senior de mercado en Convera, «la Fed probablemente mantendrá su postura de que necesita ver más datos antes de recortar las tasas». Sin embargo, advirtió que cualquier señal de apertura a un recorte en septiembre podría ejercer presión bajista sobre el dólar.
El mercado estará especialmente atento a las declaraciones del presidente de la Fed, Jerome Powell, y a las nuevas proyecciones económicas que emita el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), que podrían inclinar la balanza hacia una postura más dovish o conservadora en la segunda mitad del año.
El movimiento del dólar también reflejó el comportamiento de otras divisas. El euro retrocedió 0.1% y se ubicó en 1.0825 dólares, mientras que la libra esterlina perdió 0.2% para cotizar en 1.2708 dólares. Por su parte, el yen japonés se mantuvo estable en 153.29 por dólar, tras el anuncio del Banco de Japón de elevar su tasa de interés de referencia a 0.25%, desde el 0.1% anterior, en un movimiento que busca contener presiones inflacionarias sin sofocar la débil recuperación económica nipona.
El dólar australiano, en cambio, subió 0.2% para cotizar en 0.6644 dólares, impulsado por las expectativas en torno a los datos de inflación que se conocerán este miércoles en ese país. Se anticipa que dichos resultados influyan en la postura del Banco de Reserva de Australia en su próxima reunión de política monetaria.
El cierre de la semana estará igualmente marcado por la publicación del índice de precios del gasto en consumo personal (PCE) de Estados Unidos, la métrica de inflación preferida por la Fed. Los analistas coinciden en que un dato por debajo de lo esperado podría reforzar la posibilidad de un ajuste a la baja de tasas más adelante en el año.
Por ahora, los mercados se mantienen en modo espera, reaccionando con moderación a cada señal económica y en vilo ante los comentarios de Powell. La pausa no significa calma: es el preludio a posibles ajustes que impactarán tanto al dólar como al apetito global por activos de riesgo.
