Geopolítica y Comercio
Aquellos que presenciaron la conferencia de prensa conjunta del canciller Juan Ramón de la Fuente con Marco Rubio, antes de que el Secretario de Estado estadounidense partiera rumbo a Ecuador, y no estuvieran al tanto de las tensiones políticas y diplomáticas entre ambos países, habrían pensado que la relación bilateral entre ambas naciones atraviesa por uno de sus mejores momentos. Incluso, el que Rubio contestara todas las preguntas de la prensa en inglés y español – siendo hijo de inmigrantes cubanos es bilingüe – ayudó a suavizar la imagen dura que lo rodea.
Llamó la atención que Rubio dijera que “jamás había existido una cooperación tan profunda con México” como la que actualmente hay con el gobierno de Claudia Sheinbaum, sobre todo por las amenazas de Trump. En la carta que le envió a la presidenta el 11 de julio, anunciando un aumento del arancel por fentanilo del 25 al 30%, indica que México no había hecho lo suficiente para detener el tráfico de migrantes ilegales y de fentanilo. Posteriormente, en la llamada que tuvieron el 31 de julio, los líderes acordaron posponer el incremento hasta el 29 de octubre, en base a las acciones tomadas por México.
Sin embargo, los comentarios amables que Rubio y de la Fuente se dispensaron mutuamente y las numerosas menciones al clima de cooperación que prevaleció durante las reuniones en Palacio Nacional y en la cancillería no corresponden con los resultados anunciados del encuentro ni tampoco respondieron muchas preguntas que quedaron en el aire. Pocas visitas de un Secretario de Estado han generado tantas expectativas como la de Rubio, tanto por lo que se esperaba que se lograra en esta ocasión como por que la reunión del subsecretario Christopher Landau con la presidenta Sheinbaum para preparar el encuentro con Rubio fue el 11 de junio.
Había muchos rumores, en particular sobre la firma del acuerdo general sobre seguridad, migración y comercio que la presidenta Sheinbaum le propuso a Trump en junio durante la llamada que tuvieron ambos mandatarios luego de que el presidente de la Unión Americana abandonara la Cumbre del G-7 en Canadá. La presidenta tomó la idea del primer ministro Carney, que le propuso un acuerdo similar a Trump durante su visita a la Casa Blanca en mayo para separar los temas políticos de la agenda comercial y evitar que el TMEC tuviera capítulos sobre seguridad y migración. Desde la primera quincena de julio, Sheinbaum dijo que había grandes avances en la negociación de dicho acuerdo y que pronto estaría listo para ser firmado.
Luego de la conferencia de prensa, no sabemos si existe dicho acuerdo o cuál es su estado vigente, pues lo que Rubio y de la Fuente anunciaron fue un programa de cooperación, que incluye la creación de un grupo de alto nivel – esto es, miembros del gabinete y del primer círculo de ambos presidentes – que estará encargado de darle seguimiento a las actividades que cada país realice en su territorio. Un acuerdo incluye compromisos vinculantes de parte de ambos gobiernos y es parte del conjunto de leyes que rige a un país, mientras que los compromisos acordados en los programas de cooperación no son necesariamente obligatorios y se puede argumentar que no están a la misma altura que las demás leyes federales de un país.
Destaca entre los objetivos del programa de cooperación varias actividades que se mencionan por primera vez, como la eliminación de túneles clandestinos fronterizos, atender los flujos financieros ilegales y promover la cooperación para prevenir el robo de combustibles (huachicol). Lo interesante será ver quién establecerá la agenda de trabajo y los tiempos para su cumplimiento y si habría sanciones en caso de incumplimientos. Al menos, sabemos que la intención de Trump es seguir utilizando los aranceles como medida de presión.
El comunicado conjunto emitido al final de la visita de Rubio enfatiza que no habría incursiones de fuerzas militares estadounidenses en territorio mexicano y que las actividades que desarrolle cada país al amparo del programa serán en su territorio, usando muchos de los términos empleados por Sheinbaum en sus discursos. Por su parte, el gobierno de Trump no cesa en su intención de utilizar sus fuerzas militares para combatir a los narco-carteles. Se espera que en la visita de Rubio a Ecuador anuncie la creación de una base estadounidense en territorio ecuatoriano, donde los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación han establecido nexos conocidos por su violencia y que crecen todos los días.