Activistas internacionales que integraban la flotilla humanitaria Global Sumud denunciaron haber sido víctimas de maltrato y violencia tras ser detenidos por fuerzas israelíes. El grupo, que partió desde Barcelona con ayuda humanitaria destinada a la Franja de Gaza, fue interceptado en medio del bloqueo naval que Israel mantiene sobre el enclave palestino.
El operativo israelí, que resultó en la detención de más de 400 personas, culminó con la deportación de los primeros activistas el viernes. Un total de 137 participantes, provenientes de 13 países, aterrizaron el sábado en Estambul, donde ofrecieron sus testimonios sobre el trato recibido. Paolo Romano, político italiano, relató que fueron obligados a arrodillarse bajo amenaza, insultados y golpeados si intentaban moverse. “Nos trataron como animales”, declaró en el aeropuerto.
Entre los relatos más duros, la activista malaya Iylia Balais describió la experiencia como la peor de su vida. Afirmó que fueron esposados, algunos forzados a permanecer boca abajo y se les negó acceso a agua y medicamentos. Además, la flotilla, compuesta por unos 45 barcos, incluía figuras públicas como la activista sueca Greta Thunberg.
Israel justificó la acción alegando que se trataba de “provocadores”, mientras que en Turquía, donde fueron recibidos con manifestaciones de apoyo, el gobierno calificó la operación como un «acto de terrorismo» y anunció una investigación. Activistas de países como Argentina, México, Brasil y España también participaron en la misión.






