8 de octubre de 2025
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OPINIÓN

¿Amigos, vecinos, socios o que somos?

La renegociación del TMEC revela la fragilidad de México: sin aliados sólidos ni contrapesos, el país queda expuesto ante las presiones de Washington y Ottawa.

Geopolítica y Comercio

Esta semana, hubo dos declaraciones de los responsables de la renegociación del TMEC en Estados Unidos y Canadá – el embajador Jamieson Greer en Nueva York y el ministro Dominic LeBlanc en Ottawa – que el gobierno mexicano debió analizar con atención. El Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) dijo ante el Club Económico de Nueva York que la renegociación del TMEC será en su mayoría bilateral y no trilateral, mientras que el ministro canadiense responsable de la relación comercial con Estados Unidos definió a México ante un comité del senado canadiense como un socio estratégico, a pesar de los desencuentros que se han dado en la relación bilateral durante los últimos años.

La declaración de Greer, responde a diversas políticas generadas por el gobierno de López Obrador que implicaron violaciones al tratado, como la desaparición de la Comisión Federal de Competencia Económica y de otras agencias reguladoras independientes; la nacionalización del litio, que no fue declarado sector protegido durante la negociación del tratado; o la reforma judicial, que pone en entredicho la imparcialidad del sistema judicial mexicano ante un fallo emitido por el mecanismo de solución de controversias del tratado, en particular cuando hasta la fecha existen casi 150,000 millones de dólares en inversión directa por parte de Estados Unidos en territorio mexicano.

A estos problemas, hay que agregar los que el USTR identificó en su reporte del pasado 31 de marzo y que son considerados barreras no arancelarias que restringen el comercio y la inversión entre ambos países. En el reporte se listan 15, incluyendo el tema del litio, aunque el Secretario de Estado, Marco Rubio, entregó un documento más extenso a la presidenta Sheinbaum con 57 problemas cuando se entrevistó con ella el dos de septiembre, incluyendo los identificados en el reporte de marzo. El gobierno de Trump ha exigido a México resolver todos estos irritantes antes del inicio de la renegociación del tratado.

En su ponencia sobre el TMEC, Greer dijo que el nuevo tratado tendrá algunas secciones trilaterales y otras bilaterales, de acuerdo con las condiciones particulares de la relación con México y Canadá. Esta postura hace eco a las declaraciones de varios miembros del partido conservador canadiense, como el premier de Ontario, Doug Ford, y el líder de ese partido, Pierre Poilievre, quienes se opusieron al arancel por fentanilo argumentando que este es un problema que atañe a México. Cabe recordar que en ese momento, las quejas del partido conservador fueron apoyadas por Chrystia Freeland, que fungía entonces como viceprimer ministro de Canadá y es miembro del partido liberal.

La negociación de capítulos bilaterales, permitiría a Estados Unidos incluir en el tratado condiciones que le garanticen el acceso al litio y a inversiones en los sectores de energía y telecomunicaciones, considerados como dos de los principales generadores de nuevas oportunidades al capital estadounidense en territorio mexicano. Cabe destacar que el acceso irrestricto del capital extranjero a estos sectores representaría una prueba de fuego a los principios que rigen a Morena.

Por otra parte, este planteamiento necesitaría la negociación de algún instrumento entre México y Canadá, para regular aquellos aspectos que no se consideren a nivel trilateral en el nuevo TMEC, sobre todo cuando las reglas de la Organización Mundial del Comercio están en revisión. México y Canadá han mantenido una relación distante y lejos de alcanzar su potencial, en términos económicos, en tanto que muchas empresas compiten por los mismos sectores del mercado estadounidense. Canadá representa menos del 3% del comercio total de México, de la misma manera que México no alcanza el 3% del comercio total de Canadá.

Aunque algunos funcionarios opinaron que las declaraciones de Greer implican que México seguirá contando con un tratado comercial con Estados Unidos, un acuerdo bilateral colocaría al gobierno de Sheinbaum en una posición mucho más vulnerable al no contar con el contrapeso de Canadá en algunas decisiones. Además, la decisión de López Obrador de alejarse de Washington y espantar a los inversionistas con sus políticas nacionalistas, acentúa la vulnerabilidad de México al no contar hoy en día con aliados ni en el Capitolio ni en el sector privado de ese país.

Al continuar defendiendo las políticas de su predecesor, Sheinbaum coloca día a día al país en una situación más comprometida. Y ello está llevando a cuestionar su liderazgo.

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