9 de octubre de 2025
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OPINIÓN

Estados Unidos dijo que quiere todo

Estados Unidos endurece su postura en la renegociación del TMEC. Trump busca repatriar empresas, controlar sectores estratégicos y redefinir el papel de México y Canadá en la economía norteamericana.

Geopolítica y Comercio

Estados Unidos no pretende que la renegociación del TMEC continúe fomentando el crecimiento de México y Canadá si ello implica un menor crecimiento de la economía estadounidense. Para ello, el gobierno de Trump está buscando que regresen a territorio estadounidense la mayoría de las empresas de ese país que hoy en día operan en otros países, aumentar así la producción nacional y las exportaciones y con ello revertir el déficit comercial que arrastra ese país desde hace cinco décadas. Y al gobierno no le importan los conflictos que está generando esta estrategia.

Para lograr este objetivo, el equipo económico de Trump considera que el nuevo TMEC debe incluir una serie de cláusulas y candados que aseguren que Estados Unidos produzca los bienes de más alto valor agregado en la región y otros que considera estratégicos, como vehículos, medicinas, aviones y semi-conductores. Esta estrategia implica choques frontales con México y Canadá, quienes son los principales proveedores de la Unión Americana de autos, camiones pesados, autopartes, acero y aluminio. Hasta la fecha, ni Trump ni los miembros de su gabinete han hablado sobre las afectaciones a las cadenas de suministros de estos y otros productos.

La semana pasada el Representante Comercial, Jamieson Greer, dijo en público que el gobierno de Trump prevé que el TMEC tenga algunos capítulos trilaterales, pero que la mayoría del nuevo instrumento será de carácter bilateral, debido a que la relación de Estados Unidos con México es muy diferente de la que relación con Canadá. Además de las barreras no arancelarias que la oficina de Greer ha identificado en México, Estados Unidos está interesado en los minerales estratégicos de Canadá, en su petróleo – que es de mejor calidad que el mexicano – así como en la eliminación de las barreras a las exportaciones de lácteos y el acceso de sus bancos a territorio canadiense.

Este martes, Trump dijo durante la sesión de preguntas y respuestas con la prensa que cubrió la reunión en la Casa Blanca con el primer ministro Mark Carney, que no ha tomado ninguna decisión sobre si renegociar el TMEC o negociar algún otro tratado de carácter bilateral con Canadá y México. A diferencia de 2018, cuando pretendió que Estados Unidos saliera del TLCAN, en esta ocasión no está vigente el Trade Promotion Authority que entonces lo obligaba a renegociar el tratado. Y aunque el mensaje iba dirigido a Ottawa, también debió ser escuchado y analizado en Palacio Nacional.

Y la cereza del pastel la puso las declaraciones del secretario de Comercio, Howard Lutnick, que este miércoles dijo ante un grupo de banqueros y empresarios en Toronto que la época del libre comercio era historia y que Canadá deberá acostumbrarse a ocupar el segundo lugar, después de Estados Unidos, al menos en el sector automotriz. Agregó que en el futuro inmediato, Canadá deberá dedicarse a la minería y a la extracción de recursos naturales, lo que propició declaraciones airadas de diferentes líderes, como el premier de Ontario, Doug Ford.

Las declaraciones de Lutnick son las mismas que hizo en junio cuando compareció ante el comité de Asignaciones Presupuestales de la Cámara de Representantes y dijo que era necesario replantear, de manera coordinada con las autoridades mexicanas, el papel que tendrá México en el futuro para que deje de “robar empleos en el sector automotriz” a Estados Unidos. Agregó que México tiene una enorme cantidad de recursos, por lo que debería dedicarse a la minería y a la refinación.

Los acuerdos comerciales que negoció Trump durante su primer periodo de gobierno, como el TMEC, el TLC con Corea del Sur y el Acuerdo de Fase Uno con China, incluyeron cláusulas para tratar de generar ventajas para Estados Unidos y revertir el déficit comercial con esos países. En ningún caso logró un superávit porque las condiciones estructurales de la economía estadounidense no han cambiado. Ahora pretende aplicar medidas aún más drásticas.

Trump dijo a la prensa antes de su reunión con Carney que Estados Unidos ya no quiere autos, acero, ni aluminio de Canadá ni de otros países. Sin embargo, la industria automotriz y acerera de Canadá, al igual que la mexicana, producen de acuerdo a las especificaciones del mercado de la Unión Americana. Canadá entendió el mensaje y ha iniciado la búsqueda de otros mercados, lo que llevará tiempo. Por su parte, las autoridades mexicanas han declarado que el tratado seguirá vigente y continuaremos exportando a niveles muy similares a los actuales.

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