25 de octubre de 2025
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OPINIÓN

Trump no puede con China

El conflicto entre Estados Unidos y China escala con nuevos controles a las tierras raras. Las amenazas arancelarias de Trump no logran doblegar a Xi Jinping ni frenar el poder industrial chino.

Geopolítica y Comercio

A pesar de sus amenazas de aplicar un arancel del 100% a las importaciones chinas, Trump no ha logrado doblegar a Xi Jinping, de la manera como lo ha conseguido con el resto del mundo. Hace justo dos semanas, China anunció que aplicaría controles muy estrictos a la exportación de holmio, erbio, tulio, europio e yterbio y que se agregaban a los que ya existen desde abril sobre el samario, gadolinio, terbio, disprosio, lutecio, escandio e itrio, todos ellos minerales que pertenecen a las llamadas tierras raras. Además, el gobierno chino anunció que se prohibiría la exportación de equipo para la refinación de estos metales y que todas estas restricciones entrarían en vigor a partir del ocho de noviembre, dos días antes de que concluya la tregua arancelaria de 90 días pactada en agosto en Madrid entre ambos países.

Los estilos de Trump y de Xi Jinping son muy diferentes: el presidente de Estados Unidos primero amenaza, como con la aplicación de aranceles muy altos, y anuncia que sus medidas entrarán en vigor generalmente dos semanas después de dicho anuncio, creando un periodo en el que espera que los afectados se acerquen a el ofreciéndole algo que evite las consecuencias de sus políticas. Y dependiendo del resultado de dichas reuniones, eventualmente se publica la orden ejecutiva o simplemente se retracta de su amenaza, como sucedió con los aranceles a las películas filmadas fuera de Estados Unidos, lo que ha derivado en la creación del acrónimo TACO, “Trump Always Chickens Out”, o Trump siempre se retracta.

China no amenaza, sino que anuncia por medio de un vocero del gobierno las medidas que tomará después de que Estados Unidos, o cualquier otro país con quien tiene una relación comercial importante, ha tomado una acción. En el caso del anuncio de los controles a la exportación al segundo grupo de tierras raras, fue como respuesta a la propuesta del Comité sobre Asuntos Chinos de la Cámara de Representantes para prohibir la venta de equipo para la fabricación de chips, que son indispensables en diversas industrias hoy en día. Y China mantiene las medidas anunciadas hasta que no considera que la situación ha regresado a su estado inicial.

Cuando el gobierno mexicano anunció que elevaría los aranceles a los productos chinos en septiembre, un portavoz del gobierno chino declaró que ese país estudiaría el caso y anunciaría las medidas de represalia apropiadas al día siguiente de que la cámara de diputados recibió la propuesta del ejecutivo mexicano. México es el décimo importador en el mundo de productos chinos, su segundo cliente más importante en el hemisferio americano, después de Estados Unidos, y el principal comprador de autos de ese país en todo el mundo. Además, China es el segundo proveedor más importante de México, donde las importaciones chinas representan casi el 21% de las importaciones totales y poco más de la mitad de éstas son bienes semi-terminados que se utilizan para la producción.

El anuncio de nuevos controles a la exportación de tierras raras también demuestra que el conflicto entre China y Estados Unidos ha llegado a un punto muy cercano al rompimiento de relaciones comerciales entre ambos países. El acceso a las tierras raras en China es uno de los dos objetivos económicos más importantes del gobierno de Trump, tanto por que no se encuentran en territorio estadounidense, pero sobre todo por su importancia en la cadena de suministros de la industria militar de muchos otros productos de alta tecnología, como la fibra óptica o los láseres. Y en China se procesa y refina el 90% de todas las tierras raras que se producen en el mundo.

Existen cinco tierras raras a las que China aún no les ha aplicado controles de exportación: lantano, cerio, praseodimio, neodimio y prometió, que son indispensables para la fabricación de imanes en vehículos eléctricos, discos duros y en la industria militar. Esto puede explicar que Trump, luego de sus amenazas arancelarias de hace dos semanas y que dijo entonces que no tenía caso reunirse con Xi Jinping en Corea la próxima semana, hubiera dicho unos días después que la reunión sigue en pie. Sin el acceso a las tierras raras chinas, la industria militar y de alta tecnología de Estados Unidos se paralizaría.

Con su política, Trump piensa que está fortaleciendo a Estados Unidos a nivel internacional. En realidad, lo está aislando y está provocando una larga serie de resentimiento y la creación de nuevas alianzas que pueden mermar aún más la poca hegemonía que conserva ese país.

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