Honda de México conmemora sus 40 años de operaciones en el país, un hito que la consolida como una armadora clave en la manufactura automotriz nacional. Desde su llegada en 1985, la compañía ha establecido dos plantas (El Salto, Jalisco, y Celaya, Guanajuato) y generado más de 6,600 empleos directos, produciendo vehículos (como la HR-V y el Acura ADX) y motocicletas para el mercado local y de exportación.
La celebración de las cuatro décadas de presencia industrial coincide con el 60 aniversario de la primera victoria de Honda en la Fórmula 1 en México (1965), un evento que la marca usa para simbolizar su ADN de excelencia técnica y desafío. Este paralelismo busca reforzar la imagen de innovación en un momento de profunda reestructuración del sector.
Críticamente, la operación en México enfrenta desafíos económicos y estratégicos duales. Por un lado, la armadora debe gestionar un retroceso en ventas y exportaciones en 2025, con caídas interanuales que superan el 10%, a pesar del buen desempeño de sus modelos SUV. Por otro, Honda debe acelerar su transición a la electrificación, un proceso que ha centrado su estrategia global en el desarrollo de vehículos híbridos y eléctricos, buscando un valor agregado en la tecnología para competir con rivales como Tesla y los fabricantes chinos.
La permanencia y éxito de Honda en México, y su rol como centro de manufactura del Acura ADX, dependen de su capacidad para cumplir con las exigencias del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) y sortear las políticas arancelarias proteccionistas de la administración estadounidense.
