La industria del streaming y la televisión de pago está inmersa en una costosa disputa comercial que ha escalado hasta un «apagón» de contenido. Disney retiró sus canales, incluidos ABC, ESPN y sus filiales, del servicio YouTube TV (propiedad de Google), afectando a los más de nueve millones de suscriptores de la plataforma en Estados Unidos.
La ruptura, efectiva desde el 31 de octubre de 2025, se debe a la incapacidad de ambas gigantes para llegar a un acuerdo sobre las tarifas de distribución. Disney acusa a YouTube TV de negarse a pagar «tarifas justas», mientras que la plataforma de Google alega que Disney está exigiendo condiciones contractuales que forzarían un aumento de precios para los consumidores.
Críticamente, la disputa expone la fragilidad financiera del mercado de televisión por internet. La pérdida de ESPN es especialmente sensible, ya que este canal transmite eventos deportivos clave (NFL, NBA), que son el ancla de las suscripciones. Ante el descontento de los usuarios, YouTube TV se vio obligado a ofrecer un crédito de $20 dólares a sus suscriptores si el contenido permanece inaccesible por un tiempo prolongado.
Este enfrentamiento no es solo una disputa de precios; es un síntoma de un cambio estructural en la televisión. Las plataformas ya no solo compiten por usuarios, sino por el control del contenido premium y la capacidad de fijar las reglas del mercado. El resultado de esta negociación determinará quién tiene el poder de fijación de precios en la era del streaming.






