El gobierno de Sinaloa, encabezado por Rubén Rocha Moya, ha destacado que el proyecto Pacífico Mexinol representa “un paso decisivo en la transformación económica del estado”. En colaboración con Mitsubishi Gas Chemical Company (MGC) y Transition Industries LLC, se firmó un acuerdo para la venta a largo plazo de metanol verde producido en Topolobampo. El complejo estará dotado de una inversión estimada de US$ 3 300 millones, una capacidad de producción de 2.1 millones de toneladas anuales y la generación de alrededor de 4 500 empleos directos e indirectos. Esta iniciativa posiciona a Sinaloa como un nodo estratégico de energía limpia y exportación.
Desde una óptica crítica, aunque el anuncio es ambicioso y podría cambiar las dinámicas productivas de la región, existen aspectos clave a observar:
- La viabilidad depende del entorno regulatorio, de la infraestructura portuaria y energética, y de la articulación con cadenas de valor locales.
- Los empleos prometidos son significativos, pero será relevante conocer su calidad, distribución geográfica y si benefician a comunidades marginadas.
- Un solo proyecto emblemático no garantiza una transformación estructural; será necesario combinarlo con mejoras en educación, infraestructura y vinculación industrial para que el impacto sea sistémico.







