El esperado informe laboral de octubre de 2025 en Estados Unidos se publicará mañana con una omisión crítica: no incluirá la tasa de desempleo (paro). La Casa Blanca confirmó que, si bien se reportará la creación de nóminas no agrícolas, el reciente cierre parcial del gobierno impidió la recopilación de datos de la «encuesta a hogares», fuente de la tasa de paro.
Esta ausencia de datos genera una distorsión significativa en la lectura económica. La administración, a través de asesores como Kevin Hassett, ha minimizado el impacto, sugiriendo que «probablemente» la cifra de paro de octubre nunca se conozca, calificándolo como un evento aislado.
Sin embargo, el mercado y los analistas no comparten esa calma. Este «agujero negro» estadístico, producto directo del estancamiento político, ocurre en un momento de alta sensibilidad. La Reserva Federal (Fed) depende de la tasa de paro para medir la inflación salarial y la tensión del mercado laboral antes de su próxima decisión sobre las tasas de interés.
El cierre ya había afectado a millones de trabajadores federales y contratistas. Ahora, su secuela es la incertidumbre. Analistas han tenido que recurrir a métricas alternativas, como el informe de ADP, que ya mostraba un pulso débil en la contratación privada.
En un entorno donde cada dato es vital, la Fed deberá operar «a ciegas» en uno de sus indicadores clave. El costo del cierre de gobierno se traduce así en una peligrosa falta de visibilidad económica, dejando a los mercados especulando sobre la verdadera salud del empleo en la primera economía del mundo.







