La Encuesta de Expectativas Empresariales del IPADE correspondiente al segundo semestre de 2025 revela un panorama de creciente cautela entre los líderes empresariales del país. A pesar de que dos tercios de los encuestados aún prevén un aumento en sus ventas para el año, el dato representa una disminución frente al 77% registrado a inicios del mismo año, lo que apunta a una pérdida de dinamismo en las proyecciones de crecimiento.
El estudio, basado en respuestas de 1,477 empresarios egresados del IPADE, muestra que el optimismo empresarial continúa debilitándose. El nivel de confianza en el cumplimiento de objetivos empresariales pasó de 7.7 a 7.2 en una escala del 1 al 10, mientras que las expectativas sobre el país se sitúan en apenas 5.6 puntos en promedio, reflejando una percepción crítica del entorno nacional.
En materia de inversión, solo el 35.2% considera que es un buen momento para invertir en México, frente al 39.3% en el primer semestre y cifras cercanas al 54% hace un año. La región Centrosur, que concentra casi la mitad de las sedes empresariales (incluyendo Ciudad de México y Estado de México), muestra una marcada caída, con apenas un 32.9% de respuestas positivas, inferior a la media nacional.
Las principales preocupaciones del empresariado siguen centradas en la incertidumbre económica (37%), jurídica (24%) y política (17%), así como en la inseguridad, que permanece como una constante. Además, se percibe un mayor impacto de los factores internos sobre la estabilidad del país frente a los externos: reformas al Poder Judicial y estrategias de seguridad generan más inquietud que la política exterior estadounidense o los efectos de un posible retorno de Donald Trump a la presidencia de EE.UU..
Estas cifras no solo reflejan una reevaluación de las condiciones del entorno económico, sino que también plantean desafíos para el diseño de políticas públicas que fortalezcan la confianza, reduzcan la incertidumbre institucional y generen condiciones estables para fomentar la inversión. En un entorno donde las expectativas ya no son expansivas, el riesgo no es solo crecer menos, sino retroceder.
