La relación entre México y Estados Unidos sumó un nuevo foco de tensión con la advertencia del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer un arancel inmediato de 5% a los productos mexicanos si el país no entrega parte del volumen de agua pendiente en el marco del Tratado de Aguas de 1944. El mensaje fue difundido a través de su red social Truth y retomado por la Casa Blanca en la cuenta oficial de X.
Trump sostuvo que México “continúa violando” el tratado binacional y que esta situación estaría dañando cultivos y ganado en Texas. Según sus cifras, México adeuda a Estados Unidos más de 800,000 acres-pie de agua —equivalentes a 986.784 millones de metros cúbicos— por incumplimientos en los últimos cinco años. Afirmó que Washington requiere que México libere 200,000 acres-pie (246.696 millones de metros cúbicos) antes del 31 de diciembre, y que el resto del volumen debería entregarse poco después. De no cumplirse, señaló haber autorizado la documentación necesaria para imponer un gravamen de 5%.
El Tratado de Aguas de 1944 establece que México debe entregar a Estados Unidos alrededor de 2,160 millones de metros cúbicos cada cinco años, con la posibilidad de reponer adeudos en el siguiente quinquenio. De acuerdo con datos de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), en el periodo iniciado en octubre de 2020 y concluido en octubre de 2025 se enviaron 1,042.613 millones de metros cúbicos, lo que deja pendiente aproximadamente la mitad del volumen comprometido.
El contexto hídrico es delicado en la frontera norte. Las presas binacionales Amistad, en Coahuila, y Falcón, en Tamaulipas —principales fuentes de agua para los estados del sur de Estados Unidos— registraban, al 18 de noviembre, almacenamientos de 24.6% (993 millones de metros cúbicos) y 10.3% (327 millones de metros cúbicos), respectivamente. El Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua mostraba, al 5 de diciembre, condiciones de sequía de distintos grados en los estados fronterizos: 71% de los municipios de Coahuila, 11.9% en Chihuahua, 23.3% en Tamaulipas, 19.5% en Nuevo León, 20.8% en Sonora y zonas con sequía anormal en Baja California.
Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó el 30 de octubre que el país cumplirá con la asignación de agua a Estados Unidos sin comprometer el consumo humano ni la agricultura local, apoyada en las intensas lluvias recientes y en acuerdos alcanzados “en función de la disponibilidad de agua”. Recordó que la deuda se generó tras casi cinco años de sequía y subrayó que existe comunicación permanente entre CILA, Conagua y la Secretaría de Relaciones Exteriores con sus contrapartes estadounidenses.
Efraín Morales, titular de Conagua, explicó que México tiene comprometidos cerca de 2,157 millones de metros cúbicos por quinquenio que no se han entregado por completo debido a las condiciones extremas de sequía. Sin embargo, afirmó que, a partir del diálogo, se estableció un acuerdo para definir volúmenes a entregar hacia finales de octubre y principios de noviembre, y aseguró que no habrá dificultad para cumplir con ese compromiso.
El tema se inscribe en un escenario regional de estrés hídrico más amplio. Documentos de la CILA para 2026 prevén reducciones en las asignaciones de agua a Arizona, California y Nevada desde el río Colorado, con recortes por 411 millones de metros cúbicos, ahorros adicionales de 247 millones y un volumen total de reducción y conservación cercano a 1,604 millones de metros cúbicos, que será recuperable cuando mejoren las condiciones de la cuenca.
La amenaza de aranceles vincula así dos dimensiones sensibles para la relación bilateral: el comercio —clave para ambas economías— y la gestión de recursos hídricos compartidos en un contexto de sequía. Más allá de la retórica, el desenlace de este episodio tendrá implicaciones para los mecanismos de cumplimiento del tratado de 1944, la coordinación binacional en materia de agua y la certidumbre de exportadores mexicanos ante la posibilidad de medidas comerciales condicionadas a disputas hídricas.



