La Federación Mexicana de Fútbol (FMF) confirmó que Rafael Márquez será el próximo entrenador de la selección mexicana mayor, con miras al proceso rumbo al Mundial de 2030. Ivar Sisniega, presidente ejecutivo del organismo, detalló que el nombramiento forma parte de un plan ya plasmado en el contrato del exfutbolista, que establece su promoción al cargo una vez que concluya su etapa como auxiliar de Javier Aguirre tras la Copa del Mundo de 2026.
“Lo de Rafael Márquez está en su contrato; dice que en cuanto termine como auxiliar de Javier Aguirre, después de la Copa del Mundo del próximo año, se integrará como el entrenador principal de la selección”, explicó Sisniega, al subrayar que el proyecto que comenzó con Aguirre seguirá “según lo planeado”. El directivo añadió que ya ha sostenido reuniones con Márquez y con el director deportivo Duilio Davino para delinear la integración del cuerpo técnico y avanzar en la planeación deportiva del próximo ciclo mundialista.
Márquez, de 46 años, es considerado junto con Hugo Sánchez como uno de los futbolistas mexicanos más destacados de la historia. Multicampeón con el Barcelona, integró la selección que logró la Copa Confederaciones de 1999 frente a Brasil y disputó cinco Mundiales, además de seis Copas América, incluida la del subcampeonato en 2001. También levantó en dos ocasiones la Copa Oro, torneo en el que participó en cuatro ediciones.
En su faceta como entrenador, su experiencia se concentra en el Barcelona Atlètic, filial del club catalán, donde dirigió 82 partidos, con un balance de 40 triunfos, 21 empates y 21 derrotas, quedándose cerca del ascenso antes de dejar el banquillo en 2024. Posteriormente se incorporó al cuerpo técnico de Javier Aguirre en la selección mexicana, con el entendimiento de que, concluida la Copa del Mundo de 2026, tomaría el mando del representativo nacional.
Según ha declarado el propio Márquez, el Mundial de 2026 —en el que México compartirá el grupo A con Sudáfrica, Corea del Sur y el ganador de un repechaje europeo entre Dinamarca, Macedonia, República Checa e Irlanda— será una vitrina clave tanto en su rol actual de auxiliar como en su proyección futura como técnico principal. El exdefensa ha señalado que un desempeño sólido podría incluso abrirle puertas en clubes como el Barcelona, pero su prioridad inmediata está en el proceso con la selección mexicana.
De cara al ciclo 2026–2030, el plan deportivo contempla un relevo generacional. De acuerdo con Sisniega, Márquez ya ha seguido de cerca a futbolistas de las categorías Sub-17 y Sub-20, con la intención de integrarlos gradualmente al primer equipo después del Mundial 2026, de manera que lleguen con madurez competitiva a la Copa del Mundo de 2030. Aunque no se han dado nombres específicos, la apuesta apunta a construir una base joven alrededor de la experiencia del nuevo seleccionador.
Desde la óptica institucional, la ratificación de Márquez busca dar continuidad a un proyecto de largo plazo en la selección mexicana, reduciendo la incertidumbre habitual sobre el banquillo nacional. Para el entorno del fútbol mexicano —ligas, clubes y fuerzas básicas—, el anuncio ofrece una señal temprana sobre el perfil de futbolistas que podrían ganar protagonismo en la próxima década: jugadores capaces de adaptarse a las ideas de alguien que conoce tanto el alto rendimiento europeo como la realidad de la selección y sus exigencias en torneos oficiales.
