México registró en noviembre de 2025 un superávit comercial de 663 millones de dólares, una cifra positiva que, en el papel, suena a buena noticia: se exportó más de lo que se importó. En el mes, las exportaciones sumaron 56 mil 412 millones de dólares y crecieron 7.9% anual, mientras que las importaciones alcanzaron 55 mil 749 millones con un avance de 5.2%. El saldo mejoró frente a octubre (cuando el superávit fue de 606 millones), pero el detalle importa: la ganancia vino de un mayor excedente en productos no petroleros, mientras el déficit petrolero se mantuvo como un lastre.
El contraste es claro. Por un lado, el motor exportador sigue siendo la manufactura: en noviembre, las exportaciones manufactureras alcanzaron 52 mil 085 millones de dólares, con un crecimiento anual de 10.9%. Hubo repuntes fuertes en rubros como maquinaria y equipo especializado, productos metálicos de uso doméstico y aparatos eléctricos y electrónicos. Sin embargo, el sector automotriz —clave para el país— mostró una señal mixta: sus exportaciones cayeron 2.1% anual. El golpe vino de menores ventas a Estados Unidos, aunque las exportaciones automotrices a otros mercados crecieron.
En energía, el problema se hizo más visible. Las exportaciones petroleras fueron de 1 mil 547 millones de dólares, con una caída anual marcada. El precio promedio del crudo de exportación se ubicó en 57.66 dólares por barril, por debajo del mes previo y también menor al nivel de hace un año. Además, el volumen exportado bajó a 597 mil barriles diarios, lejos del dato de noviembre de 2024. Resultado: el balance petrolero siguió en rojo, y eso limita cuánto puede “celebrarse” el superávit total.
En el campo, noviembre tampoco fue generoso: las exportaciones agropecuarias y pesqueras cayeron con fuerza, con retrocesos importantes en cítricos, jitomate y aguacate, aunque con incrementos en fresas y algunas frutas.
Y hay otro foco que suele pasar desapercibido: las importaciones de bienes de capital (maquinaria y equipo) bajaron 16.7% anual. En lenguaje simple: si el país compra menos equipo para producir, la señal puede ser de inversión contenida o de empresas pausando decisiones. En el acumulado de enero a noviembre, la balanza comercial todavía muestra un déficit de 1 mil 659 millones de dólares, aunque mucho menor al del mismo periodo de 2024. En resumen: el comercio exterior sostiene el ritmo, pero los datos dejan una advertencia: el superávit de noviembre no borra la fragilidad energética ni el enfriamiento en la compra de equipo productivo.
