Bernard Arnault, director general de LVMH, dejó una señal relevante para el mercado: ante preguntas sobre su sucesión, insinuó que podría permanecer al frente del mayor grupo de lujo del mundo durante otra década. Con 76 años, y tras la aprobación de una extensión de mandato por parte de los accionistas a inicios de este año, Arnault planteó un horizonte largo y, al mismo tiempo, mantuvo la incertidumbre sobre quién tomará el relevo en el futuro.
El mensaje tiene una lectura corporativa clara: LVMH seguirá operando con el mismo liderazgo visible y con una narrativa de continuidad, mientras la discusión de sucesión permanece contenida. Al hablar del papel de sus cinco hijos dentro del conglomerado controlado por la familia, Arnault evitó adelantar un nombre y se limitó a un criterio: para asumir responsabilidades deben “merecerlo” y demostrar capacidad. En términos de gobierno corporativo, esa postura aplaza definiciones y mantiene abierta la competencia interna, pero también reduce el ruido inmediato sobre cambios en la cima del grupo.
El contexto patrimonial ayuda a entender el momento. En el último año, la familia Arnault invirtió casi 200 millones de euros en tres propiedades en París: un palacete de 58 millones en diciembre de 2024 en el distrito 7; una mansión del siglo XVII por 97.5 millones en marzo de 2025, también en el distrito 7; y un apartamento tríplex de 44 millones en mayo de 2025 en el distrito 16. La inversión total señalada es de 199.5 millones de euros. Estas operaciones figuran entre las más altas realizadas en la capital francesa en ese periodo y, de manera indirecta, aportan una señal de confianza patrimonial en un mercado que venía de una ralentización en 2023 y 2024 tras el aumento de tasas de interés, y que en 2025 comenzó a mostrar una recuperación gradual. Aun así, persisten frenos: la incertidumbre política y la amenaza de nuevos impuestos al patrimonio han llevado a algunos clientes adinerados a poner propiedades en venta.
En lo estrictamente bursátil y sectorial, el telón de fondo también importa: LVMH se recupera “tímidamente” tras una desaceleración relevante de ventas en el lujo en años recientes. Sus acciones cayeron después del auge de demanda durante la pandemia, aunque en 2025 registraron una recuperación parcial apoyada en mejores perspectivas del sector.
Arnault llega a este punto como arquitecto de un imperio de más de 75 marcas —incluidas Louis Vuitton, Dior, Tiffany y Fendi—, con una capitalización de mercado reportada de 312,300 millones de dólares, y con divisiones que van de bebidas (Moët y Hennessy) a experiencias de lujo bajo Belmond. La combinación de continuidad en la dirección y control familiar prolongado puede dar estabilidad a corto plazo, pero también vuelve más relevante el tema que Arnault evitó cerrar: cuándo y cómo se definirá la sucesión en el grupo más influyente del lujo global.



