La guerra en Ucrania entró en una fase de negociación más visible tras la reunión de Volodímir Zelenski y Donald Trump en Mar-a-Lago, Florida, este domingo 28 de diciembre de 2025. El encuentro confirmó un cambio de ritmo: ya no se trata solo de contactos diplomáticos, sino de instalar un mecanismo de trabajo que intente cerrar un acuerdo en semanas, con Estados Unidos y Europa involucrados en el diseño de garantías de seguridad para Kiev.
En lo inmediato, Zelenski sostuvo que las garantías de seguridad con Estados Unidos están “acordadas al 100%” en su dimensión militar y que el plan de paz de 20 puntos está “acordado al 90%”. También afirmó que un plan económico para revitalizar la economía ucraniana está casi finalizado. Trump, por su parte, insistió en que la guerra debe terminar pronto y confirmó que las conversaciones con la delegación ucraniana continuarían el lunes.
El principal obstáculo quedó claro: la cuestión territorial. Trump reconoció que la posible partición de territorios no está resuelta y mencionó que “parte de esa tierra” podría estar en juego. Al referirse específicamente al Donbás (Donetsk y Lugansk), admitió que se trata de un tema “muy difícil” y evitó fijar plazos cerrados, al señalar que en “unas semanas” se verá si el plan funciona.
En paralelo, se delineó el papel europeo. Trump indicó que Europa asumiría una parte significativa de la estructura futura de seguridad de Ucrania, con apoyo estadounidense. Durante la reunión, ambos mandatarios sostuvieron una llamada de más de una hora con líderes europeos, incluida la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, además de mandatarios de Finlandia, Francia, Polonia, Reino Unido, Alemania, Italia y Noruega, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Se espera otra ronda de negociaciones conjuntas en Washington en enero.
El paso operativo más concreto fue el acuerdo para negociar mediante un “grupo de trabajo” con colaboradores de alto nivel. Del lado estadounidense se mencionó a:
- Steve Witkoff (enviado)
- Jared Kushner
- Marco Rubio (secretario de Estado)
- Dan “Raizin” Caine (jefe del Estado Mayor Conjunto)
Del lado ruso, se señaló la aceptación de crear grupos de trabajo, con dos carriles: uno de seguridad y otro económico. Zelenski dijo esperar decisiones en enero sobre seis documentos que buscan resolver diferencias en torno al alto el fuego, garantías de seguridad y el futuro de las regiones orientales ocupadas.
El contexto inmediato complica la negociación: antes de reunirse con Zelenski, Trump habló por teléfono con Vladímir Putin; después comentó que Moscú mantiene exigencias sobre el control de regiones orientales y su oposición a un alto el fuego. Mientras tanto, Ucrania expresó disposición a un alto el fuego como señal de buena fe. En la agenda también apareció la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia y fuertemente militarizada, un punto sensible por el riesgo de incidente y por su valor estratégico.
La consecuencia política es doble: Washington intenta ordenar el proceso con un formato de negociación permanente, y Europa busca consolidar un rol en garantías de seguridad tras haber quedado marginada en contactos directos previos. El desenlace, sin embargo, sigue atado a lo más difícil: territorio, seguridad verificable desde “el primer día” y condiciones reales para que un alto el fuego no sea solo una pausa.



