El gobierno brasileño calificó de «injusto» el aumento del 50% en los aranceles a productos brasileños decretado por Estados Unidos, pero considera que el resultado ha sido “más favorable” de lo esperado, según expresó el ministro de Finanzas, Fernando Haddad. La medida, oficializada recientemente por el expresidente Donald Trump, impactará exportaciones clave como café y carne, aunque deja fuera otros productos estratégicos como jugo de naranja, fertilizantes y aeronaves.
Haddad explicó que, aunque las nuevas tarifas representan un golpe a sectores importantes de la economía, el alcance final del castigo fue limitado gracias a observaciones hechas por el gobierno brasileño. “Estamos en un punto de partida más favorable del que se imaginaba, pero lejos del punto de llegada”, declaró ante medios locales. En ese sentido, anunció que se abrirá un proceso de negociación con funcionarios estadounidenses, incluido el secretario del Tesoro, Scott Bessent, aunque aún no hay una fecha definida para dicho encuentro.
El ministro también adelantó que Brasil recurrirá la decisión en las “instancias debidas” tanto dentro de Estados Unidos como en organismos internacionales, mientras prepara un paquete de apoyo a las empresas exportadoras que resulten más afectadas por la medida. Este programa será presentado en los próximos días.
El trasfondo político también está presente en este conflicto comercial. Se sospecha que la decisión de Washington está influenciada por el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, aliado de Trump. De hecho, casi al mismo tiempo que se anunciaron los nuevos aranceles, la Casa Blanca impuso sanciones al juez brasileño Alexandre de Moraes, quien lleva el caso contra Bolsonaro. Ante estos hechos, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva reafirmó que defenderá “la soberanía del pueblo brasileño”.



