En un partido que desnuda vulnerabilidades e interroga la solidez del proyecto azulgrana, Sevilla brilló y goleó 4-1 al Barcelona en el Ramón Sánchez-Pizjuán, dando fin al invicto que sostenía desde el inicio de temporada.
El encuentro comenzó con tensión. En el minuto 13, Alexis Sánchez transformó un penalti otorgado tras revisión del VAR por una falta sobre Isaac Romero, y poco después, Romero amplió la ventaja con una jugada rápida. El Barça intentó reaccionar cuando Marcus Rashford recortó distancia justo antes del descanso, pero el envión no tuvo el efecto deseado.
En la segunda mitad, el castigo fue lógico y contundente. José Ángel Carmona y Akor Adams sellaron la goleada al final del partido con dos tantos que reflejaron el dominio local y la caída del Barcelona en intensidad, concentración y eficacia.
El técnico Hansi Flick reconoció que el primer tiempo fue «flojo» y que esas lagunas permitieron que Sevilla controlara el partido. Aun así, valoró la entrega de sus jugadores en el tramo final y consideró el parón internacional como una oportunidad para “resetear” ideas y recuperar equilibrio.
Este resultado representa un duro golpe para las aspiraciones del Barça: deja pasar la chance de arrebatar el liderato y expone grietas tácticas preocupantes. Sevilla, por su parte, celebra una victoria histórica frente a un rival con el que no ganaba en Liga desde hacía años.