Un análisis de Oxford Economics ha encendido las alarmas sobre el impacto económico de la propuesta de aumentar drásticamente el costo de la visa H-1B en Estados Unidos. El estudio advierte que una tarifa de 100,000 dólares por visado, dirigida a trabajadores altamente calificados, no solo afectaría a las empresas tecnológicas, sino que también frenaría el crecimiento del PIB estadounidense. La medida, que se ha propuesto en el marco de una política de «Estados Unidos Primero», reduciría la capacidad de las empresas para atraer talento global, que es crucial para la innovación y la competitividad.
La visa H-1B es un pilar fundamental para el sector tecnológico, ya que permite a las empresas contratar a profesionales extranjeros en campos especializados como la inteligencia artificial y la ingeniería. Los críticos de la propuesta argumentan que la restricción de visados limitaría la capacidad de las empresas para competir con rivales en China y Europa, lo que podría llevar a una fuga de cerebros y a una pérdida de inversión. El problema es que, en un mundo globalizado, el talento es un recurso escaso, y las políticas migratorias restrictivas tienen un costo económico directo.
El debate sobre la visa H-1B es un recordatorio de que la economía no puede ser gestionada sin un consenso político. La propuesta de aumentar las tarifas de visado, aunque busca proteger los empleos nacionales, podría tener un efecto contrario. El éxito de la economía estadounidense dependerá de su capacidad para atraer y retener el talento global.