Con el mensaje “¡Hoy cerramos todos juntos!”, culminó la primera edición del Festival de Cine de Tijuana (FCT), un evento que en solo cuatro días logró consolidarse como un punto de encuentro para creadores, espectadores y promotores del séptimo arte. Bajo la premisa “Tijuana no es un muro, es un puente”, el festival se propuso impulsar el cine del norte de México y fortalecer la comunidad artística que lo hace posible.
Durante la clausura, la secretaria de Cultura de Tijuana, Illya Haro, destacó que el festival representa “un semillero” de ideas que crecerán desde la colaboración y el compromiso. Por su parte, la directora del FCT, Margarita González, agradeció al equipo organizador por su esfuerzo colectivo y anunció con entusiasmo que ya se preparan para la edición de 2026.
Uno de los momentos más emotivos fue la entrega del Premio a la Trayectoria al maestro Héctor Villanueva, figura clave en la formación cinematográfica regional. Sus exalumnos lo homenajearon por su ejemplo ético y por inspirar generaciones de cineastas a creer en su talento. Conmovido, Villanueva agradeció el reconocimiento y celebró la energía del festival como un impulso vital para el futuro del cine en Tijuana.
El cierre estuvo marcado por el discurso del actor y director Silvestre Palacios, padrino del FCT, quien hizo un llamado a los creadores a trascender el entretenimiento y buscar profundidad en sus historias. Criticó la repetición de narrativas violentas en el cine mexicano y exhortó a retratar la nobleza cotidiana que construye comunidad. “Filmemos esperanza, no basura”, advirtió.
Entre los galardonados destacaron Casa chica (Mejor Dirección), Domingo familiar (Mejor Cortometraje) y los proyectos Rancheros y Cómo muere un hombre, que recibieron el Premio Plataforma Norte. Así cerró un festival que promete seguir creciendo con identidad, conciencia y arte.







