La Secretaría de Economía (SE) de México anunció que la estrategia de imponer aranceles punitivos a las importaciones de textiles y calzado procedentes de países con los que México no tiene Tratados de Libre Comercio (TLC) ha dado resultados financieros tangibles. La medida, que eleva los impuestos de importación hasta el 35%, ha provocado un incremento de casi $14 mil millones de pesos en la recaudación fiscal asociada a estos sectores.
El subsecretario de Economía, Vidal Llerenas, destacó que este aumento en la recaudación es un síntoma directo del combate al contrabando técnico y la subvaluación de mercancías. Históricamente, el contrabando ha socavado la competitividad de la industria nacional, costando al país miles de millones de pesos y la pérdida de cientos de miles de empleos formales.
Desde una perspectiva crítica, la política arancelaria forma parte de un Plan de Impulso a la Industria Textil y del Calzado más amplio, que incluye un apoyo de $120 mil millones de pesos en garantías de crédito a través de Nacional Financiera (Nafin). El objetivo económico no es solo recaudar más, sino revertir la caída en el empleo y la producción que ambos sectores han enfrentado en los últimos años.
La estrategia de protección industrial de México es un movimiento defensivo para nivelar el terreno de juego, especialmente ante la competencia desleal de Asia. El reto es asegurar que estos aranceles, que han provocado una reducción de las importaciones de países sin TLC, no se traduzcan en un aumento de precios para el consumidor final, sino en el fortalecimiento de la base productiva y la recuperación de hasta 50,000 empleos para 2026.







