En esta ocasión quiero compartir una vivencia muy reciente.
El 7 de noviembre mi hija tuvo un accidente paseando al perro. Se tropezó y cayó en la banqueta lo que acabó con una fractura de cadera. Ella me avisa y mientras yo llegaba en su auxilio, dos señoras desconocidas, mamás de una escuela cercana la vieron y la ayudaron. Cuando ví a mi hija, transparente por el dolor, contacté al doctor quien nos dio instrucciones y acabamos en el hospital y con cirugía en la tarde. El episodio fue estresante, a veces con miedos que surgen en la mente, pero gracias a Dios todo salió bien. Salimos del hospital 5 días después y empezamos el proceso de rehabilitación. Tomará su tiempo el que ella vuelva a estar como antes del accidente.
Ante este panorama mi reacción ante él tenía dos caminos: el del drama y ver todo negro o el de la gratitud y ver la luz y lo bueno de esto. La verdad es que sólo tengo que dar gracias a Dios o al Universo o como lo nombres.
Gracias por tener lo medios para hacer frente a este momento. Gracias por tener a un equipo médico de primera en quien confiar y que exitosamente lograron arreglar la cadera de hija. Gracias por estar en un excelente hospital con personal muy amable, eficiente y cálido. Gracias por tener las medicinas y los insumos necesarios para la cirugía. Gracias por el apoyo emocional que da la presencia de la familia, de los amigos por cualquier medio: mensaje, llamada, presencia. Gracias a esas señoras que auxiliaron a mi hija en la calle. Gracias a todas esas personas que preguntan por su evolución y nos desean lo mejor. Gracias Dios porque siempre estuviste con nosotras.
Esto es lo que quiero compartir hoy. La importancia de ver lo bueno que se tiene en toda circunstancia en la vida, ver lo que sí se tiene y agradecerlo. La gratitud nos vuelve más atentos a lo que ocurre en nuestras vidas y nos abre la posibilidad a mayores bendiciones. A mí me llena de paz interior y me da perspectiva de lo que ocurre en mi vida.
Sé que esto no es fácil y más en una sociedad llena de negatividad y de estar empeñada en ver lo que falta y no lo que se tiene. Pero estoy cierta que el ver el vaso medio lleno nos llena de esperanza, gratitud y ánimo para seguir adelante.
Hay momentos como estos, en donde la palabra gracias no logra expresar la emoción profunda de agradecimiento que siento, ojalá existiera otra más. A todos y cada uno de los participantes en esta historia les doy las gracias desde el fondo de mi corazón. forma inmediata.
