El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) fijó postura ante la compleja situación que viven los productores de granos en México y llamó a construir soluciones de fondo que vayan más allá de medidas coyunturales o decisiones aisladas. El organismo advirtió que fortalecer al sector agropecuario es una decisión estratégica para evitar la descapitalización del campo, proteger la seguridad alimentaria, mantener precios estables para los consumidores y preservar el empleo en las regiones rurales.
En su posicionamiento, el CNA marcó distancia de propuestas centradas en el aislamiento comercial o en esquemas de compras gubernamentales con precios oficiales, al considerar que estas fórmulas distorsionan los mercados y terminan encareciendo los alimentos. En su lugar, plantea apoyos que impulsen la productividad, reduzcan riesgos y brinden certidumbre a productores, compradores y consumidores, con una visión de largo plazo.
Uno de los puntos centrales del comunicado es la defensa del T-MEC. El CNA subraya que preservar y fortalecer este acuerdo es clave para el crecimiento económico, la certidumbre comercial, la integración regional del sector agroalimentario, la generación de empleos y la atracción de financiamiento. Sostiene que el tratado no es el origen de los problemas de rentabilidad del sector de granos en México; por el contrario, lo considera un instrumento que ha permitido asegurar el abasto y la producción de alimentos a precios accesibles. Los desafíos actuales, señala, derivan de desventajas estructurales frente a otros países: diferencias en subsidios, acceso a financiamiento, tecnología y mecanismos de gestión de riesgos, agravadas por la volatilidad internacional y el cambio climático.
El organismo también destaca la disposición al diálogo del gobierno federal, en particular de la presidenta Claudia Sheinbaum y del secretario de Agricultura, Julio Berdegué, y anuncia que ha aceptado la invitación para avanzar hacia un Sistema Nacional de Ordenamiento y Comercialización Agropecuaria. Para ello, propone tres ejes concretos: impulsar la agricultura por contrato con financiamiento competitivo, seguros y coberturas cambiarias; diseñar instrumentos diferenciados para pequeños, medianos y grandes productores; y establecer apoyos directos y focalizados a la comercialización, que solo se activen cuando el mercado no cubra los costos de producción ni una rentabilidad mínima, garantizando así un ingreso objetivo al productor.
El CNA hace un llamado expreso a que autoridades, productores y demás actores de la cadena agroalimentaria construyan juntos soluciones que fortalezcan al campo mexicano, pero dentro de un marco de libre comercio, seguridad, certidumbre jurídica y corresponsabilidad. Reconoce la legitimidad de las demandas de los agricultores y plantea que este es el momento de abrir espacios de diálogo, no de cerrarlos, invitando a las organizaciones del movimiento campesino a participar en las mesas abiertas por el gobierno.
Además, el organismo empresarial reconoce a la presidenta Sheinbaum por su apertura durante la discusión del nuevo marco jurídico del agua, donde se incorporaron propuestas trabajadas con la autoridad hidráulica y en foros públicos. Destaca que se haya priorizado el derecho humano al agua y a la alimentación, la certeza jurídica y una gestión hídrica más eficiente, elementos que considera fundamentales para la viabilidad del sector agroalimentario.
En conjunto, el mensaje del CNA busca colocar la discusión sobre el campo más allá de la coyuntura. Por un lado, defiende la integración comercial de México y el papel del T-MEC; por otro, insiste en que, para avanzar hacia un sistema agroalimentario “justo”, serán necesarios apoyos económicos gubernamentales mejor diseñados. La señal es clara: el sector privado agropecuario se dice dispuesto a asumir corresponsabilidad y a mantener el diálogo, pero pide reglas estables y políticas públicas que atiendan las raíces de la falta de rentabilidad en el campo mexicano.
