La presidenta Claudia Sheinbaum defendió públicamente que México mantenga su relación política y de cooperación con Cuba, pese a las críticas de la congresista estadounidense María Elvira Salazar y a los señalamientos del propio presidente Donald Trump. La mandataria sostuvo que se trata de una decisión soberana de política exterior y que esta diferencia “no tiene por qué influir” en el vínculo con Estados Unidos.
Sheinbaum recordó que el respaldo mexicano a la isla se remonta a la Revolución cubana de 1959 y ha sido una constante de la política de Estado, sin importar qué partido haya gobernado en México durante décadas. Subrayó que la postura frente al embargo estadounidense es “históricamente distinta” a la de Washington, pero insistió en que esa discrepancia no debería traducirse en un deterioro de la relación bilateral.
Las declaraciones son respuesta directa al mensaje de Salazar, congresista republicana por Florida, quien pidió a Sheinbaum “dejar de respaldar dictaduras” en Cuba y Venezuela. La legisladora acusó que México habría enviado 55 buques cisterna de petróleo a Cuba en cuatro meses, con un valor superior a 3,000 millones de dólares, y señaló la presencia de alrededor de 3,000 médicos cubanos trabajando en territorio mexicano. Afirmó que se trata de “esclavitud moderna” y acusó una posible violación de las disposiciones del T-MEC sobre trata de personas.
Sheinbaum replicó que la política hacia Cuba está basada en un enfoque de “humanismo”, al considerar que los embargos y bloqueos castigan principalmente a la población. Aseguró que “los pueblos no tienen por qué sufrir” las decisiones de los gobiernos y reiteró que la relación con La Habana no está diseñada para alinearse con los valores o la agenda de Estados Unidos, sino con una visión propia de México sobre la región.
Respecto a los médicos cubanos, la presidenta defendió la continuidad del convenio firmado desde 2024, cuando el gobierno anterior acordó la llegada de unos 2,700 especialistas para reforzar el sistema de salud. Explicó que México cuenta con 2.4 médicos por cada mil habitantes, por encima del promedio latinoamericano, pero por debajo del estándar de 3.5 médicos por mil habitantes de los países de la OCDE, por lo que la cooperación con Cuba responde a una necesidad de cobertura médica, especialmente en regiones con carencias.
En paralelo, Sheinbaum enmarcó la discusión en un contexto regional más amplio. Ante la escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, derivada de las recientes amenazas de Trump, la presidenta reiteró la disposición de México a ofrecer mediación y llamó a recurrir a los mecanismos establecidos por la ONU para encontrar soluciones pacíficas a los conflictos. Insistió en que el tema central no es el gobierno de Nicolás Maduro, sino el intervencionismo y la injerencia en los asuntos internos de otros países.
En términos geopolíticos, la postura de Sheinbaum reafirma la tradición de México de combinar cercanía económica con Estados Unidos con una política exterior que busca margen propio de decisión en América Latina. Hacia adentro, la estrategia refuerza el discurso de soberanía y defensa de los principios de no intervención; hacia afuera, mantiene abiertas tensiones con sectores del Congreso estadounidense que exigen una línea más dura frente a Cuba y Venezuela, pero también posiciona a México como actor potencial en eventuales esfuerzos de mediación regional.
