Grupo Bimbo decidió pasar de la cautela pública al terreno legal. La empresa mexicana y cuatro de sus filiales en Estados Unidos promovieron una demanda ante la Corte de Comercio Internacional (USCIT) en Nueva York, en la que piden declarar inconstitucionales diversos aranceles de importación impuestos durante el gobierno de Donald Trump, así como el reembolso de las tarifas que ya han pagado.
La acción judicial fue presentada el 16 de diciembre por Grupo Bimbo y sus subsidiarias Bimbo Bakeries USA, Bimbo Bakehouse, Barcel USA LLC y St. Pierre Groupe LLC. El eje de la demanda son las tarifas de 25% aplicadas desde febrero a productos provenientes de México y Canadá que no cumplen con los requisitos del tratado comercial vigente con Estados Unidos, además de aranceles de hasta 145% a importaciones desde China.
Aunque la compañía no detalló el monto de las tarifas ya pagadas, el movimiento es relevante por su tamaño en el mercado estadounidense. En Estados Unidos, Bimbo controla 43 marcas distintas de productos de panificación y botanas, resultado de décadas de expansión, y cuenta con alrededor de 60 centros de producción, lo que la convierte en el principal productor de pan en ese país.
Hasta ahora, la empresa había restado dramatismo al impacto de los aranceles. Ejecutivos de Bimbo han señalado que menos del 10% de sus ingresos en Estados Unidos proviene de productos exportados desde otros países, por lo que el golpe directo sería acotado. El director general de Bimbo México, José Manuel González, llegó a describir estos gravámenes como una “política de negociación” rumbo a la revisión del T-MEC, más que como una amenaza estructural para la compañía.
La demanda, sin embargo, abre un frente legal con implicaciones más amplias. La USCIT ya había resuelto en mayo que el presidente de Estados Unidos no tiene facultades para imponer aranceles generalizados amparado en leyes de poderes de emergencia económica, criterio que fue confirmado después por una Corte de Apelaciones y que ahora está bajo revisión de la Corte Suprema. El caso de Bimbo se apoya precisamente en esa línea de decisiones judiciales.
Para la empresa, un fallo favorable significaría recuperar recursos ya pagados y reducir costos futuros de importación. Para otras compañías que enfrentan el mismo esquema de aranceles, podría sentar un precedente importante para reclamar devoluciones o renegociar condiciones comerciales.
Más allá del resultado puntual, la demanda de Bimbo ilustra cómo el entorno político en Washington —y en particular la política comercial de Trump— sigue generando incertidumbre y ajustes en la estrategia de grandes multinacionales mexicanas. En un contexto de alta integración económica entre México y Estados Unidos, cada disputa sobre aranceles no solo afecta estados financieros, sino también las reglas de juego para el comercio y la inversión en la región.



